José Font - CUADERNOS DE NAPOLEÓN
Obsesiones
«Nos obsesiona que se financien partidos políticos en España e intenten destruir un modo de vida y un sistema político como el nuestro»
![Imagen del alcalde de Valencia, Joan Ribó](https://s3.abcstatics.com/media/espana/2016/04/08/1riboss--620x349.jpg)
Dice nuestro alcalde de Tarraco, el señor Ribó, que “ existe una fijación intencionada y una cierta obsesión con Venezuela ”. Verá señor alcalde, nos obsesiona a los buenos ciudadanos, que ciertos países que anulan o ningunean los derechos humanos, financien partidos políticos en España e intenten destruir un modo de vida y un sistema político como el nuestro, instaurado en 1978. Nos obsesiona que en ciertas naciones, tan admiradas y defendidas por diputados, alcaldes y concejales de la “nueva política”, se pueda encarcelar, p erseguir e incluso eliminar físicamente a la oposición y a toda aquella persona lejana del pensamiento único de ese estado. Sí, es una obsesión denunciar en la prensa, que jefes de estado sudamericanos insulten sistemáticamente de una manera burda a España ante la anuencia de la izquierda española, tan antiespañola como siempre.
Señor Ribó más le valdría dejar de colgar pancartas en el balcón de todos sobre la solidaridad, y dotar de los fondos que su gobierno ha negado a las ONG caritativas para que sigan con su labor en favor de los más necesitados.
Por otra parte, no va muy mal encaminado nuestro alcalde tarraconense cuando habla de fijaciones en política. Hay ciertas obcecaciones instaladas en la progresía española, antes con el socialismo de ZP y ahora jaleado por el podemismo coletil, como la obsesión de legislar contra Francisco Franco , que lleva señoras y señores, 41 años enterrado en el Valle de los Caídos. Esta ofuscación de los seguidores de la Ley de la Memoria Histórica en consistorios y gobiernos autonómicos, de vencer a Franco después de muerto, nos ha llevado a los españoles, a dinamitar el pacto de la Transición, a un gasto innecesario del dinero de todos, en soberanas estupideces de derribos y cambios callejeros y una confrontación social muy similar a la de los años 30 del siglo pasado. Pero seamos honestos, el Partido Popular, desde 2011 con mayoría absoluta, ha dejado que esta ley de encabronamiento perdure y actúe, socavando la convivencia. Probablemente esta lucha nueva contra el Franquismo se deba a una deuda moral de nuestros políticos de izquierda, porque en la mayoría de casos, los padres y abuelos de sus señorías, fueron miembros destacados del Regimen de Franco y grandes colaboradores.
Admiro y echo de menos al socialismo de los años 80 ¡Quién me lo iba a decir! Fueron desde esta nueva perspectiva histórica, más leales con los ciudadanos, representaron al conjunto de los españoles mejor que los de hoy con sus ademanes sectarios, fueron gobernantes de quienes les votaron y de quienes no. Joan Lerma no hubiera actuado como Ximo Puig con su reciente desplante a todos los alicantinos, al negarse a entrar en la Concatedral de San Nicolás al finalizar la Romería de la Santa Faz. El Molt Lamentable Presidente de la Generalidad Valenciana, cuyos resultados electorales fueron los peores del socialismo valenciano en su historia, ofende a los valencianos del sur en su fiesta más importante, lo cual denota una intransigencia infame, ya habitual en nuestra comunidad desde mayo de 2015. Falta sentido común y sobra fanatismo en las instituciones valencianas.
La carencia de gestión desde el gobierno autonómico y el ayuntamiento de Valencia, y el exceso de propaganda política propia de las manidas repúblicas bananeras, están provocando un malestar general en la población y una sensación de tomadura de pelo , augurando así que como en Galicia con aquel infausto tripartito del olvidado Pérez Touriño, una legislatura será lo que dure este popurrí de anticlericales, catalanistas y demagogos.