Nuevo susto a los hosteleros de Benidorm por el «Gran Hermano fiscal» que prepara Pedro Sánchez

La vigilancia de las inspecciones usa nuevos sistemas de Inteligencia Artificial y algoritmos con cálculos erróneos de ventas para perseguir la economía sumergida

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Patrulla de la Policía Local en una zona de bares de Benidorm JUAN CARLOS SOLER

J. L. Fernández

El sector turístico de Benidorm teme un nuevo susto del Gobierno en plena recuperación tras la crisis por el coronavirus, que los hosteleros han bautizado irónicamente como el « Gran Hermano fiscal » de Pedro Sánchez, al aplicar una vigilancia nueva apoyada en nuevas tecnologías para las inspecciones de Hacienda y laborales.

«Hay una parte buena, con más control un poco en todo, porque hay mucho intrusismo, y todos nos meten al sector en el mismo saco de unos pocos que no pagan impuestos, no pagan bien a los trabjadores, hacen contratos a media jornada cuando es completa, representan una competencia desleal, hay que cumplir las leyes y que no haya economía sumergida », matiza el portavoz de la asociación comarcal de restaurantes Abreca, Alex Fratini .

En este gremio, tienen claro que si todo el mundo cumple con sus obligaciones ficales «todo el mundo podrá vivir mejor» y asegura que «la gran mayoría sí paga».

No obstante, conocen las novedades que se han empezado a aplicar en el País Vasco, donde ya han «puesto el foco» en el sector con más rigor. «Con tanto control, tanta Inteligencia Artificial , se tiene que hacer bien, porque en algunos casos los algoritmos realizan una estimación y te ponen una multa cuando, en realidad, te están defraudando: por ejemplo, has comprado 2.000 cucuruchos, se han vendido 1.600 y te quedan otros 200, ¿dónde están los otros?» Porque estos sistemas automatizados no tienen en cuenta que algunos de estos artículos se rompen, otros se ponen en la decoración del establecimiento, está el consumo propio del personal... «Hay detalles que hay que limar antes de tachar de defraudador al hostelero», señala Fratini.

La normativa que sustenta esta nueva vigilancia desde la Administración se deriva de varios aspectos, hay controles derivados de la reforma laboral, sobre las horas extra y los contratos a tiempo parcial , un algoritmo procesa los datos de facturación y se calcula cuántas personas necesita el establecimiento para trabajar. Se trata de una estimación, pero «la Inteligencia Artificial, el Big Data , es una tecnología que no está ajustada del todo todavía, aunque en el futuro estará a la orden del día», según el portavoz de Abreca.

Una camarera atienda a turistas en la terraza de un bar en Benidorm JUAN CARLOS SOLER

El primer aviso -por el que han acuñado ese término de «Gran Hermano fiscal» en tertulias radiofónicas- se lo dio Hacienda en los Terminales de Punto de Venta con «un control mucho más profundo en las impresoras de las TPV, no solo de la cantidad que se vende, sino también de los productos que se están sirviendo, en tiempo real, no solo al final de la jornada, pero se dan complicaciones, porque si un establecimiento indica 'Coca-Cola' y otro 'refresco', por ejemplo, los datos no concuerdan, no está generalizado para todos».

Las compañías de las TPV se han tenido que adaptar, y los hosteleros han tenido que actualizar estos aparatos todos hace seis meses porque las autoridades perseguían el denominado fraude de doble contabilidad.

Retrasos en ayudas europeas

En este sector no abundan las empresas grandes, y no están tan informatizadas. «Con la digilitalización sería más rápido, pero las ayudas del programa Kit Digital , con fondos europeos , van muy lentos», explica Fratini. De momento, los establecimientos con más de diez empleados, que se benefician de 12.000 euros, tienen aprobada esa concesión, pero no lo pueden aplicar todavía, y para los más pequeños, no se tramita aún. Esta financiación se abona directamente a las empresas proveedoras de esa tecnología, para digitalizar los TPV , utilizar Internet , nuevo software (no hardware), CRM y otras herramientas digitales. «Y ahora, en plena temporada de verano, es imposible embarcarse en estos cambios», señala. Abreca ofrece soporte a sus socios para para gestionar estos fondos.

Fratini conoce la realidad de otros lugares, en Niza (Francia), donde ya hay más controles digitalizados que dan lugar a inspecciones y se dan estos conflictos por detalles como el consumo que hace el personal del establecimiento -simplemente el agua o refrescos que toman en el tiempo de trabajo-, que deben indicarlo para que no se distorsionen las cifras reales de la caja que se hace, del volumen de negocio. Y a veces se trata de pequeñas empresas familiares regentadas por personas mayores que no prestan atención a estos datos.

«Además, hay muchos intereses detrás para no implantar el pago solo por tarjetas, aunque desde la pandemia se ha disparado al triple, pero también hay consumidores que son reacios : el Estado sabe dónde he puesto el pie en cada segundo», subraya Fratini.

No obstante, en Abreca están porque se universalice como mejor mecanismo para atajar la economía sumergida, y han conseguido comisiones más baratas, por lo que ya no piden ni un mínimo para pagar con tarjeta, y la gente «se está acostumbrando».

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