Un año después
La nueva vida de Teo: 200 kilos menos y a la espera de un trabajo
El joven con obesidad mórbida ya puede realizar actividades normales sin ayuda
A sus 35 años cumplidos el martes, Teo Rodríguez intenta emprender una nueva vida y dejar de lado sus problemas de peso. El joven fue conocido el pasado año cuando le tuvieron que ingresar en el Hospital de Manises debido a una insuficiencia respiratoria ocasionada por los 385 kilos que pesaba entonces . Desde los nueve años padecía obesidad mórbida, según su familia por un problema de tiroides.
Las imágenes en las que era trasladado en un camión de mudanzas a su casa recorrieron las redes sociales y el caso fue seguido en los medios de comunicación. El centro consideraba que su situación no requería que se le mantuviera ingresado, pero su familia así lo reclamaba. La Conselleria de Sanidad defendió que se trataba de «una situación muy excepcional» y que se hizo «lo posible y lo imposible por atenderlo».
El hospital, de hecho, le compró una cama especial y le puso una grúa bariátrica para poder moverlo y facilitar su recuperación funcional. Actualmente sigue siendo el centro que le realiza el seguimiento que, por el momento, es correcto.
Teo recuerda todo lo ocurrido hace un año como «un auténtico infierno». Era incapaz de realizar acciones tan cotidianas como ponerse de pie y caminar. Ahora, con 195 kilos menos , asegura que está a un paso de poder tener una vida normal.
Ir al baño, subir escalones, andar e ir en coche son algunas de las actividades más básicas que no podía llevar a cabo sin ayuda. Gracias a las dietas, la medicación y la atención proporcionada por el hospital, además de una intervención quirúrgica que tuvo lugar en Granada, eso ha cambiado.
Actualmente no precisa de respiradores artificiales para dormir y los doctores le han reducido las dosis de medicación. No obstante, todavía le queda camino por recorrer ya que, aunque cobra una pensión mensual de 550 euros por discapacidad, sueña con ser independiente, poder volver al mercado laboral y mantenerse lo más activo posible. «Yo quiero trabajar. Desde los 16 años hasta los 22 estuve empleado en distintos sectores, tanto en metales como en cartonajes y madera. También hubo una época en la que trabajé de albañil», recuerda en conversación con ABC. Él mismo se describe como «muy manitas» y más que dispuesto a trabajar en lo que sea: «Me abro a todo».
Operación en Granada
Desde que le intervinieron en mayo en el Hospital HLA Inmaculada de Granada, Teo ha perdido entre 60 y 70 kilos. El cirujano Carlos Ballesta decidió hacer una operación en dos tiempos. La primera fue un bypass gástrico, consistente en «una intervención mínimamente invasiva que reduce el estómago y parte de la absorción intestinal». La segunda fue una extirpación de la vesícula biliar. El joven admite que hubo algunos contratiempos, ya que «al cirujano se le complicó mucho». «Él no se esperaba que la vesícula fuera tan grande», indica. Pese al inconveniente, afirma que «la cirugía fue rápida dentro de lo que cabe» (duró unas tres horas).
El primer mes tras la operación fue, reconoce, el más duro, ya que le ingresaron en el Hospital de Manises por padecer infección en la orina y en la sangre. Según comenta, tenía que cumplir con numerosas limitaciones a la hora de poder comer y beber, por lo que su cuerpo estaba más débil. A pesar del incidente, las secuelas de la intervención no fueron tan graves como Teo se había imaginado: «Pensaba que todo iba a ser muy doloroso, pero no fue así».
«En menos de un año hemos conseguido muchas cosas», reitera Teo. «He perdido unos 200 kilos en diez meses, una media de 20 kilos al mes». De momento, sigue viviendo con su madre en su casa de Turís . En mayo le detectaron sarcoidosis pulmonar, una enfermedad que, según Teo, le limitará toda la vida y le impedirá respirar bien. El afectado, sin embargo, se muestra positivo al respecto. «Dentro de lo que cabe está todo bien, se puede vivir con ello», asegura.
Denuncia por amenazas
La relación del joven tanto con el centro de Manises como con la Generalitat Valenciana ha estado envuelta en cierta polémica. Una de las causas principales, en el primer caso, es su comportamiento en el hospital. Personal asistencial interpuso una denuncia -a la que el centro dio apoyo y soporte legal- por hechos como amenazar e insultar a los enfermeros , no obedecerles cuando le cambiaban o limpiaban y tirarles platos de comida. Tanto Teo como su familia han sido llamados a declarar ante el juzgado que investiga si esas actuaciones se produjeron.
Sobre esta cuestión, el joven admite que ha tenido que comparecer ante la justicia: «Decían que cuando venían a cambiarme yo pasaba de ellos porque estaba ocupado jugando a videojuegos», incide.
Las denuncias fueron cruzadas y él también interpuso otra contra el hospital por el mal trato -en su opinión- dispensado al haber realizado el traslado desde el centro hasta su casa de Turís en un camión de mercancías. Actualmente, el afectado reitera que se está investigando: «Lo del camión fue una negligencia médica, eso no tuvo que producirse, fue un fallo del hospital y de la sanidad, y el perjudicado fui yo».
La Conselleria de Sanidad explicó en su día que descartaron movilizar una ambulancia bariátrica por «no ser viable» su traslado por este medio, ya que éstas admiten un máximo de 318 kilos, mientras que el paciente pesaba más de 350.
Dejando de lado estos episodios, se muestra muy contento con su progreso desde que empezó a perder peso. «De momento, el futuro que me planteo es quitarme los kilos que me quedan», declara: «Carlos Ballesta tiene previsto que para el año que viene mi peso esté en torno a los 100 . De momento la historia está teniendo un final feliz».