María José Mira - ALTURA DE MIRA

Yo no soy tonta

«El revés del Gobierno para dejar a la Comunidad Valenciana otra vez sin la financiación justa no puede considerarse como fuego amigo, si bien constituye un varapalo, de nuevo, insultante»

Imagen de la última sesión de control al Gobierno Jaime García

Hace un mes escaso que el contexto político en España ha virado gracias a una moción de censura que ha logrado, por primera vez y de forma inaudita desde la aprobación de la Constitución de 1978, sustituir al equipo de gobierno. Una excepción democrática que ha iniciado un tiempo de cambio.

Los que gestionamos los recursos autonómicos, especialmente en comunidades como la Valenciana, saboreábamos con alegría, esperanza y mucha ilusión la llegada de un gobierno afín, sensible con la situación territorial y, sobre todo, un gobierno para el que, como ocurre con el de Ximo Puig , las personas y su bienestar son lo primero.

Con la alternancia del Ejecutivo no han tardado en llegar las primeras señales de cambio: “hechos son amores y no buenas razones”. Con inmensa alegría los valencianos y valencianas recibimos la noticia de que nuestro president, en colaboración con el también nuestro presidente, acogeríamos al Aquarius . Un síntoma que trazaba el camino porque debemos dirigirnos juntos, Gobierno y Consell, hacia el buen puerto de la solidaridad y la armonía. El anuncio de la universalidad de la Sanidad demostraba también que las decisiones políticas eran las correctas, por fin, situando a las personas más necesitadas en el punto neurálgico de la gestión.

Sin embargo, no tardó en llegar el primer jarro de agua fría. Nuestro presidente Pedro Sánchez decía que no le daba tiempo a llevar a cabo el tan ansiado cambio de Sistema de Financiación Autonómico . Está claro que, aunque el flamante gobierno del PSOE tenga un apoyo parlamentario suficiente para poder aprobar leyes, no se debe olvidar que no tiene el control de la Mesa del Congreso no tampoco que la mayoría absoluta del Senado todavía está en manos del Partido Popular.

Los valencianos y valencianas volvían a acogerse a su resiliencia ante el viejo debate político entre administraciones pero esta vez con nuevos interlocutores. El revés del Gobierno para dejar a la Comunidad Valenciana otra vez sin la financiación justa no puede considerarse como fuego amigo, si bien constituye un varapalo, de nuevo, insultante . No podemos esperar a recibir lo que por Justicia nos pertenece y no vamos a mantenernos con los brazos cruzados. Necesitamos recibir al menos los mismos recursos que la media nacional de españoles para cubrir, al menos, los servicios públicos fundamentales. Pero también para parar la sangría que provoca que nuestro territorio pueda perder el tren de la competitividad si no empieza a compensarse el desagravio histórico en materia de inversiones territorializadas.

Existen figuras que pueden ir ayudándonos a paliar el desequilibrio y, al menos, taponar la herida para que deje de sangrar. De hecho, estos días, acaba de aprobarse, mediante la figura del Real-Decreto-Ley la renovación del consejo de administración de RTVE con el fin de poder evitar un posible bloqueo por parte de la Mesa del Congreso.

Además, el cumplimiento en sentido estricto de algunos principios existentes en el actual modelo ya nos deberían llevar a obtener más fondos para la Comunidad. Entre concreto, dos principios que incluyó el gobierno del presidente Zapatero en la reforma del sistema que llevó a cabo en 2009 cuyo objeto era, por un lado, la garantía de un nivel base equivalente de financiación de los servicios en general en igualdad de condiciones a todas las personas independientemente de la comunidad autónoma en la que residan y, por otro, la corresponsabilidad de las regiones y el Estado , en consonancia con sus competencias en materia de ingresos y gastos.

Así pues, mientras esperamos que el ritmo no pare para el cambio del modelo de financiación y, tal y como ya hemos reclamado junto al resto de comunidades autónomas -se lleva a cabo la última reunión del Comité Técnico Permanente de Evaluación- ya deberíamos ir revisando la aportación del Estado al sistema de financiación a través del Fondo de Suficiencia Global a la vez que podríamos ir adaptando el Fondo de Competitividad para que pueda servir al objeto por el que se creó. Esto es, como elemento de cierre del modelo de financiación que palie el efecto adverso sobre la inequidad que puedan provocar otros elementos del modelo.

Son algunos pasos relativamente sencillos que nos permitirían seguir avanzando de la mano con el recién estrenado Gobierno del cambio sin encontrarnos, de repente, como unos tontos chupando un palo sentados sobre una calabaza.

Yo no soy tonta

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