No todo vale

Llegó Vox y se armó el gran jaleo. Su irrupción amenaza con cambiar el color de muchos gobiernos en toda España. Los nervios y la crispación ha llegado para quedarse, una tensión que pone Vox y también la izquierda. En la Comunidad Valenciana la mesa y el tapete están dispuestos, la batalla ya ha comenzado.

Los primeros asaltos se han librado ya en las redes sociales, ese juguete con el que los políticos pierden mucho más crédito del que obtienen, aunque a ellos les dé igual. El gran choque, primero de mucho,s lo han protagonizado Joan Baldoví el no se sabe por qué político mejor valorado en el CIS hasta que llegó Tezanos y decidió que tal honor era para su presidente Pedro Sánchez, y José María Llanos , líder valenciano de Vox. Llanos se pasó siete pueblos con insultos y descalificaciones, para luego pedir disculpas . Todo arrancó por un mensaje de Baldoví en el que calificó a Vox de partido neonazi y fascista. Estos últimos son los términos más escuchados en las voces de la izquierda en las últimas semanas para definir al partido de Santiago Abascal . Aquí nos quedamos.

En 2014, el PPCV entonces presidido por Alberto Fabra orquestó un mensaje electoral pensando en las elecciones del año siguiente. Sus dirigentes se hartaron de repetir “nosotros o el caos” referido a la llegada a la Generalitat de un tripartito de izquierdas. Se olvidaron de hacer política, aunque la crisis y los márgenes presupuestarios no les daban muchas opciones, pero eligieron el mensaje del miedo, y perdieron, de manera aplastante.

Camino parecido lleva el tripartito. En cada declaración o entrevista, cualquier momento es bueno para colocar el mensaje que vincula a Vox con el neonazismo y el fascismo. Es algo así como “nosotros o el fin de las libertades, nosotros somos la vacuna contra el mal”. Mientras tanto, más de un político debería revisarse la definición de neonazismo o fascismo, Baldoví por ejemplo, porque aunque estén próximas las elecciones, no todo vale…