Vicente Vera - Cambridge Circus
Nicolás Maduro, ahorro y lingoticos de oro
«Es una forma burda de hacer creer a sus simpatizantes y al pueblo venezolano que es una idea importada de Turquía»
Una vez agotadas las vacaciones de estío volvemos a la actividad laboral con las pilas bien cargadas y con la mejor predisposición para encarar el ansiado otoño. Y digo ansiado porque convendrán conmigo que es muy complicado llevar con dignidad y estoicamente estas temperaturas que rondan los 35 y los 40 rados. Afortunadamente, tenemos cerca buenas playas y buena cerveza fría y bien tirada. En esta ocasión quisiera dedicar unas líneas de este artículo para analizar la caótica situación económica y social que se está viviendo actualmente en un país muy querido por mí, la República Bolivariana de Venezuela . No deseo confundir al lector con esta declaración, no quiero decir que me sienta identificado por el modelo político bolivariano.
La simpatía procede por mi cariño hacia una persona que estuvo residiendo en Elda durante los años 1928-1936. Un hombre ilustrado para la época y que fue Cónsul Honorario de Venezuela en Elda hasta que tuvo que salir huyendo al comienzo de nuestra Guerra Civil en 1936. Fue además socio fundador del Banco de Elda en 1933, integrado plenamente en la sociedad eldense y amigo de todos los miembros del consejo de administración de dicha entidad bancaria. Se llamaba José Antonio Cárdenas Varela.
Habrán oído hablar de la nueva política monetaria establecida por Nicolás Maduro para continuar en la poltrona y seguir mintiendo sobre la viabilidad política de su modelo económico. Debe tener a sus economistas más leales agotados buscando fórmulas que consigan reinventarse constantemente para mantenerse en el poder, en la poltrona que tanto ansía. No se ha dado cuenta que sus días están contados. No se puede mantener un gobierno sin inmutarse cuando la población más humilde está huyendo de la mentira de Maduro y sus acólitos. No se puede gobernar un país de manera estable con una inflación que este año rondará 1.000.000%. Ya puede poner las barbas a remojar, como hizo otro líder autoritario como el presidente de Zimbawe Robert Mugabe .
La última medida para aliviar la miseria de los venezolanos no es otra que la genialidad para fomentar el ahorro de la población creando los lingoticos de oro de 1.5 gr. y de 2.5gr. Según dice el propio Maduro, no es una idea de sus economistas, sino que la ha importado de su amigo el turco Erdogan . Es una forma burda de hacer creer a sus simpatizantes y al pueblo venezolano que es una idea importada de Turquía certificando crédulamente su eficacia económica en el ámbito de las finanzas del ahorro y la inversión. Está visto que el mismo Maduro está creando una nueva teoría monetaria que a ningún economista Premio Nobel se les había ocurrido. Estoy convencido de que la comunidad internacional tendrá que intervenir muy pronto. Nadie mínimamente inteligente confía en estos métodos de brujo o de gurú jubilado para acabar con la miseria y la hambruna en todo el país. No sé si esto es la revolución socialista bolivariana, pero dudo que los Zapateros, Iglesias, Echenique y otros les agradaría convivir ahora en Caracas o en el Estado de Táchira y persuadir al pueblo para no dirigirse a un exilio forzoso. No hay alimentos, no hay trabajo y no hay futuro en paz.
Decía el economista americano Irving Fischer durante el primer tercio del siglo XX en su libro premonitorio sobre la inestabilidad de las monedas, La ilusión de la moneda estable: “Cada uno de nosotros, en general, nos hallamos sometidos al influjo de la ilusión de la moneda que tenemos establecida en nuestro propio país. La moneda nacional parece inmóvil, mientras que las de otros países parece que cambia, y por muy extraño que ello sea, es evidente que nos damos cuenta del alza o baja de las monedas extranjeras, con mucha mayor facilidad que del movimiento de la nuestra”. En el caso de Maduro da la impresión que se encuentra tocado por un velo monetario que le impide ver con claridad lo que sucede en su propio país.
Seguimos en el continente americano, pero ahora en el lado del norte, los Estados Unidos de Trump y el país más odiado por el mismo Maduro. El demonio, como lo definen en todos los foros internacionales donde se presentan. Y sigo comentándoles el encuentro celebrado en Jackson Hole, Wyoming. Una importante reunión donde se concentran un elevado número de economistas para tomar el pulso a las predicciones establecidas por la Reserva Federal, ahora coordinada por Jerome Powell. Y parece ser que dichas predicciones son estables en cuanto a objetivo de inflación y evolución de los tipos de interés, además de una evolución micro y macroeconómica que se espera circule por un sendero tranquilo. Como dice el Cholo , todo se irá corrigiendo partido a partido . En función del comportamiento de las variables macro más relevantes, se corregirán la política monetaria y sus desviaciones que marcarían el futuro de la economía a corto y medio plazo. Esto es lo que debería aprender Maduro. Volver a la ortodoxia económica y renunciar a una revolución imposible y fantasma. Sin inversiones, sin ahorro, sin confianza ni estabilidad política no se puede ir muy lejos, más bien hacia el caos y el suicidio colectivo. El problema de esta nefasta gestión no es otra que las consecuencias más graves y lamentables son siempre para el pueblo. De qué sirve ofrecer un lingotico de oro si no hay bienes en el mercado para consumir. ¿Qué capacidad de ahorro puede tener un pueblo que emigra por hambre y por miedo? De momento, el oro no es comestible.
Para terminar, me gustaría señalar una ligera reflexión sobre la estabilidad en España a corto plazo. El otoño está a la vuelta de la esquina y todavía no se han solucionado las diferencias con los soberanistas catalanes . La cosa no pinta nada bien. Esta kafkiana situación nos puede ocasionar graves perjuicios políticos y económicos en nuestro entorno.
«Sugiero que se pongan a trabajar por la totalidad de catalanes que conviven en dicho territorio»
O se resuelve políticamente este litigio o nos costará muy caro mantener el tipo. Evitemos un otoño caliente y que los políticos hablen claro de una vez. Este asunto ya huele a putrefacto. Me vienen cosas a la cabeza y no puedo dejarlas en el tintero. Al hilo de esta ultima reflexión añadiría que cesara el teatro /opera bufa que tienen montado la burguesía catalana en connivencia con los anticapitalistas . Que bajen el telón ya y se despidan del auditorio sin esperar demasiados aplausos. Sugiero que se pongan a trabajar por la totalidad de catalanes que conviven en dicho territorio. Además si los economistas nos explican que es necesario incrementar la productividad de los factores de producción también habría que investigar la tasa de productividad de los políticos tanto los catalanes y por extensión a los parlamentarios de ambas Cámaras : Congreso y Senado. ¿Se podría conocer la tasa de productividad laboral de toda la “clase política” en su conjunto?
Desde aquí quiero recordar a un gran autor y creador artístico, Vicente Verdú, fallecido recientemente y al que seguía con la lectura de sus buenísimos libros. Descúbranlo. Y también quiero dejar constancia de mi admiración por el profesor e investigador en Historia de España, Josep Fontana. Tuve el privilegio de asistir a sus clases en la Universidad de Valencia hace ya muchos años y siempre se aprende consultando su magnífica bibliografía.
