Juan Zumalde - VERLAS VENIR

El negocio de difamar

«Estoy seguro que la mayoría de los catalanes están hasta las narices de que les consideren tacaños»

Imagen de archivo de el Gran Wyoming ABC

JUAN ZUMALDE

El tópico puede tener su gracia en la medida en que no moleste al que lo sufre. Podemos bromear con que los catalanes son agarrados o los andaluces son vagos. Pero dentro de un orden . Porque estoy seguro que la mayoría de los catalanes están hasta las narices de que les consideren tacaños. Y es que además estoy seguro de que el porcentaje de tacaños es similar en Cataluña al que pueda haber en Amsterdam.

Por eso pienso que hay que medir la bromita . Puedo imaginarme perfectamente a un trabajador sevillano mandando a la porra al típico visitante de la ciudad que le dice: Hombre, aquí, con este calor, es normal que no se trabaje mucho.

En fin, que uno acaba del tópico un poco harto . Más que nada porque quien te hace la broma siempre es distinto, pero el que la sufre siempre es el mismo. Y lo que ocurre es que a veces el tópico tiene la capacidad de convertir al destinatario del mismo en un delincuente.

Es lo que venimos sufriendo los valencianos en los últimos meses, gracias a programas de radio o televisión que bromean continuamente con la condición general de corruptos de todos los valencianos.

Uno de los ejemplos está en el divertidísimo programa la Sexta El Intermedio . Me hace mucha gracia siempre, salvo cuando generaliza la condición de corrupto a todos los habitantes de la Comunitat Valenciana. Y esto me lleva a sospechar que tal vez el resto de los colectivos a los que se refiere en su programa son tratados con la misma injusticia y falta de respeto. En ese caso, el programa es una mierda.

Otro que hace mucho esto es un humorista valenciano, cuyo nombre sinceramente no recuerdo, y que interviene en “A vivir que son dos días” el fin de semana en la Ser. Un programa excepcional que dirige Javier del Pino y que les recomiendo, pero en el que el humorista en cuestión se pasa el día bromeando –si es que se puede bromear con esto- con la condición general de chorizos de los valencianos.

Yo puedo comprender el espectáculo, pero permítanme que les comunique mi hartazgo. Estoy harto que hagan negocio de la difamación . Porque tanto unos como otros buscan la audiencia que les permita tener los ingresos suficientes para hacer rentables sus negocios. Y, cuando se refieren a los valencianos como corruptos, su negocio se basa es difamar a los millones de ellos que no lo son.

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