Pandemia
La mujer de un médico fallecido en Valencia por Covid-19 se querella contra Ana Barceló por «abandonarlo a su suerte»
Acusa a la consellera de Sanidad de no facilitar formación ni material de protección contra el coronavirus a su marido
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La mujer de un médico del SAMU que falleció por COVID-19 el pasado mes de abril ha presentado una querella ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana contra la consellera de Sanidad, Ana Barceló, por no facilitar formación ni material de protección alguno y «abandonar a su suerte» a su marido .
La querellante es también presidenta de la Plataforma de Afectados por el Coronavirus COVID-19 en la Comunitat Valenciana, y en su querella reclama que se tome declaración, en calidad de testigos, a varios gerentes de departamentos de salud , a altos cargos de la Conselleria, dirigentes sindicales y médicos que atendieron al fallecido.
En el escrito presentado ante el TSJCV se argumenta que el médico del SAMU y oftalmólogo fallecido « cumplió con su obligación laboral desde febrero de 2020 sin ningún tipo de medida de protección, ninguna información ni formación ante la pandemia que ya se había establecido en España y cuyo primer caso se diagnosticó en la Comunitat».
En este sentido, establece un relato cronológico de los hechos: la víctima realizó sus guardias en el SAMU los días 16, 23 y 27 de febrero y 5 y 9 de marzo en las bases de l’Alcudia y Lliria y empezó a tener síntomas (fiebre) el 10 de marzo.
Se le envió por intranet unas hojas informativas sobre cómo ponerse y quitarse un traje EPI , sin hacer esta formación de forma presencial y tampoco hacerle llegar ninguno de estos trajes, ni gafas ni mascarillas FFP2 ó 3 (únicamente disponía de mascarillas quirúrgicas a compartir entre el personal), siempre según el contenido de la querella, al que ha tenido acceso EFE.
Respecto de las mascarillas FFP2, la denuncia expone que «sólo tenía una el enfermero y otra el médico precintadas en una bolsa y para un caso extremo. Y si se usaban había que hacer un escrito solicitando otra » y tampoco disponía de gafas.
Asimismo se expone que «las condiciones de ventilación en ambas bases (l’Alcudia y Lliria) son precarias, pequeñas y sin ventilación, lugares donde descansan al mismo tiempo un médico, un enfermero y un conductor. Y la base de l’Alcudia fue cerrada y puesta en cuarentena y finalmente trasladada a otro local en mejores condiciones».
El médico que relevó el 10 de marzo al fallecido en l’Alcudia también dio positivo por coronavirus en una prueba PCR, detalla la querellante. El 11 de marzo la querellante y sus hijos, también médicos, llamaron al teléfono de la Conselleria habilitado para estos casos y no lograron establecer contacto, «siempre comunicaba».
Ante esta circunstancia llamaron a una compañera del Centro de Información y Coordinación de Urgencias (CICU) y esta les informó de que el enfermo «no cumplía con los criterios de infección» .
El 12 de marzo acudió al médico de cabecera, quien sí consideró que cumplía con los criterios de infección e hizo una solicitud a salud pública para que enviasen un test, pero « con la excusa de que estaban saturados le enviaron a casa con la indicación de que personal de la Conselleria se desplazaría para hacerlo. Un test que finalmente no se realizó en ningún momento ni se dio indicación alguna».
El 14 de marzo ante el empeoramiento de los síntomas acudieron al Hospital 9 d’Octubre (de gestión privada), donde se le realizó el test, radiografía de tórax y analítica sanguínea, con un resultado positivo que se determinó el día siguiente.
El 16 de marzo la mujer del fallecido llamó a su trabajo (también forma parte del SAMU) y le indicaron que se quedase en casa y que irían a realizarle la prueba, algo que nunca se produjo.
El 20 de marzo el hombre fue ingresado en el 9 d’Octubre con afectación pulmonar, pasó unas horas en la UCI y fue trasladado a planta, mientras su mujer fue atendida en urgencias de ese mismo centro para practicarle un test de COVID que salió negativo.
El 25 de marzo el paciente fue intubado, al empeorar su situación, y en este proceso sufrió dos paradas cardíacas de las que logró recuperarse y sus constantes se estabilizaron.
La situación del paciente fue empeorando hasta que los días 6 y 7 de abril se le realizaron dos encefalogramas que mostraron una gráfica plana, por lo que se decidió la desconexión del enfermo de los respiradores y se produjo su fallecimiento por neumonía por COVID, según el parte facultativo.
La denuncia subraya que este sanitario «nunca fue atendido por la Conselleria de Sanidad, no se le hizo test alguno, no fue informado sobre medidas de protección, no se le dio equipo alguno y fue abandonado a su suerte».