Miguel Aparici Navarro * - Historia militar de la Comunidad Valenciana

Una bala para Blasco Ibáñez

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Imagen de Vicente Blasco Ibáñez ARCHIVO ABC

Los tres tenientes que mandaban las fuerzas de seguridad que cargaron el lunes 22 de febrero de 1904, por la noche, sobre los grupos situados en la Carrera de San Jerónimo han “visitado” al diputado republicano Vicente Blasco Ibáñez .

Van a solicitar que les aclare cuál de ellos fue el que le pegó y a quién llamó en reciente sesión en el Congreso “tenientillo sinvergüenza”.

Blasco señala al teniente Alasteny , pero sin asegurar que fuera él. Así que Alasteny envía al Coronel Jaquetot y al militar Gómez López para que “pidan explicaciones” al político valenciano. El duelo acaba de echar a andar.

Blasco nombra como padrinos a Morote y a Junoy , pero les advierte que sólo se batirá con el Ministro de la Gobernación o con el Conde de San Luis; que son los que ordenaron las cargas.

Al final, Blasco se bate con Alasteny. El encuentro dirimidor tiene lugar a campo completamente descubierto, en la finca que posee José Sabater en los alrededores de Madrid y actúa de juez Saint-Aubin que, reloj en mano, dará las órdenes de abrir fuego.

Los padrinos Junoy y Morote han declinado sus poderes, por negarse a suscribir el acta del duelo con las condiciones que han impuesto sus contrarios; pese a que Blasco las acepta. Por lo que Blasco ha designado, como nuevos padrinos, a Armiñán y a Estévanez.

Las proximidades de la finca están atestadas de gente. En unas obras de las cercanías, muchos albañiles al apercibirse de que se está realizando el lance suspenden sus trabajos y ocupan rápidamente, con objeto de presenciarlo, el camino y terraplén del ferrocarril; próximos al lugar del combate.

Son graves las reglas . Las pedidas por el teniente (pistola rayada de combate, veinte pasos y veinticinco segundos para apuntar a voluntad) han sido modificadas por el tribunal de arbitraje y se ha fijado la distancia en treinta pasos y declarado el número de disparos ilimitado; hasta que uno de los contendientes quede fuera de combate, estando permitido apuntar durante treinta segundos en cada ocasión.

Disparan los dos, simultáneamente, su primer tiro y ambos quedan ilesos. Blasco ha disparado al aire .

Vuelven a repetirse las voces. El segundo disparo lo hace el teniente Alasteny y, tras oírse un golpe seco, Blasco exclama: “¡Estoy tocado!”; levantando la pistola y llevándose la mano izquierda al costado derecho.

Sanmartín , médico y senador, le reconoce y ve que el balazo ha dado en la hebilla del cinturón que Blasco lleva puesto; a la altura del lado derecho del vientre y retorciéndolo y causándole una leve erosión. El galeno declara que si la bala hubiese penetrado en la carne, la herida habría resultado mortal de necesidad y manifiesta que su responsabilidad como médico le obliga a declarar que no puede continuar este duelo. Los padrinos conferencian y convienen, también, en que se da por terminada la cuestión.

Imagen de Vicente Blasco Ibáñez ABC

Se han reconciliado, allí mismo, los combatientes; sobre el terreno; declarando Blasco que cumple un deber de caballerosidad manifestando que no se había propuesto ofender al ejército, por el que siente verdadera simpatía según tiene demostrado en varios artículos. A lo que el teniente replica que esas puntualizaciones, hechas con anterioridad al duelo, habrían sido aceptadas por él. Pero Blasco Ibáñez responde al oficial que dichas declaraciones, hechas antes, “habrían tenido menos valor que ahora para muchos”.

Blasco regresa con su coche a Madrid y al salir los padrinos y los combatientes de la finca los obreros, que le han reconocido, lo vitorean. En dicho momento, aparece la Guardia Civil -a caballo- por uno de los desmontes.

Por su parte, los padrinos del teniente se llevan el cinturón de Blasco al Círculo Militar.

Mientras, el jefe del partido republicano, Salmerón , y el diputado Junoy esperan a Blasco en su domicilio; quien ignorándolo, se dirige directamente al Congreso.

Salmerón acude al Congreso, donde le felicita efusivamente. Allí también ha recibido los abrazos de los demás diputados de la minoría republicana ( Azcárate, Lerroux ,…) y versan los comentarios sobre la imposición de los padrinos del teniente en cuanto a las condiciones gravísimas del duelo; pues se considera que no las exigía así la defensa que se ventilaba.

Después Blasco, acompañado de Morote (que también ha presenciado el lance), acude al Gobierno Civil; a pedirle al Conde de San Luis que reponga en su cargo al ex teniente Alasteny. El Gobernador le responde que fue el Ministro Sánchez Guerra quien lo cesó, pero que se ofrece a interesarse en su favor.

Al regresar a su domicilio, D. Vicente está siendo esperado por una nutrida comisión de la Juventud Republicana , que viene a felicitarle. También le rinden pleitesía muchos de sus correligionarios y literatos y periodistas y son numerosos los telegramas y telefonemas que está recibiendo de provincias.

El 2 de marzo, atendiendo a la petición de Blasco, el Ministro ha firmado ya la reposición de Alasteny en su cargo de teniente de Seguridad.

*Miguel Aparici Navarro. Teniente Coronel de Artillería (R). Asociación Valenciana de Historia Militar

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