Movilidad
Las mascotas podrán subir a los autobuses de la EMT en Valencia a partir del 25 de noviembre
Los animales de compañía no pagarán billete pero necesitarán un carnet especial para acceder al vehículo
Las personas usuarias del transporte público de Valencia compartirán asiento a partir del próximo lunes 25 de noviembre con las mascotas que pesen menos de 15 kilos y no supongan «un peligro y/o molestia para el resto del pasaje».
Tras la aprobación en el Pleno del Ayuntamiento de la capital el pasado mes de septiembre del nuevo reglamento de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y el visto bueno de la Junta de Gobierno Local de este viernes, la ciudadanía tendrá la posibilidad de acceder con animales de compañía a los autobuses públicos.
Eso sí, para poder viajar en los vehículos de la EMT deberán ir en un transportín o una jaula cuyo tamaño no sea superior a las medidas 45cm x 35cm x 25cm y que, en ningún caso, podrá abrirse durante el viaje. Además, este tendrá que estar colocado en el regazo de la persona portadora y en caso de ir en el suelo, entre sus pies.
Aunque los animales no van a pagar billete, sí que tendrán que validar un título especial – EMT Mascota- para acceder al autobús, que deberá solicitarse, también a partir del día 25, en la Oficina de Atención a la Ciudadanía de la empresa municipal. Este abono tiene una vigencia bianual, viajes ilimitados y un coste único de cinco euros . Para conseguirlo, los interesados tendrán que presentar el documento de identidad, la cartilla de vacunación del animal actualizada, y una fotografía tamaño carné de la mascota.
La normativa excluye a los animales exóticos o venenosos (serpientes, insectos…) o los considerados como potencialmente peligrosos y fija en tres el máximo de animales de compañía que pueden viajar en cada autobús.
En cualquier caso, tanto la persona inspectora como la conductora tienen la potestad de impedir el acceso a las personas acompañadas de animales de compañía o pedirles que se bajen del autobús en circunstancias determinadas que puedan afectar a la seguridad del pasaje o a su salud, «siempre y cuando éstas se justifiquen debidamente». Además, en el momento en el que algún ocupante del autobús muestre su incomodidad por compartir espacio con el animal, este deberá cambiar de ubicación para alejarse de ella lo máximo posible.