Gastronomía

Más pequeña y con más sabor: la diferencia entre la clóchina y el mejillón que marca la Luna

Los productores del bivalvo valenciana inician esta semana la venta de un manjar que solo está disponible entre mayo y agosto

Imagen de un plato de auténticas clóchinas valencianas ABC

ABC

Entre la luna llena de abril y la menguante de agosto. En el calendario lunar está la clave de la clóchina, un manjar exclusivamente valenciano . Este bivalvo solo está disponible para su consumo óptimo los meses del año que no llevan la letra erre, pero este año, en plena crisis del Covid-19 , se ha adelantado unos días.

Así, la producción de clóchina valenciana , que estará desde este martes en los mercados, pescaderías y grandes superficies a disposición de los consumidores, aumentará en un 5% durante esta temporada y superará las 1.200 toneladas, según ha informado la Agrupación de clochineros del puerto de València y Sagunto.

No obstante, ha advertido de que la situación de la hostelería de la Comunitat Valenciana por el estado de alarma del coronavirus ha supuesto un "escollo" en el arranque de la temporada , un canal de distribución habitual para este bivalvo valenciano de calidad.

La clóchina es un cultivo y supone cuidar del crecimiento de los moluscos y luego proceder a su recolección en los últimos días de abril, siempre atentos al calendario lunar , en concreto entre la luna llena de abril y la menguante de agosto, según han explicado las mismas fuentes.

El origen de esta actividad en tierras valencianas se remonta al siglo XIX, cuando en el puerto de Valencia se instalan las bateas clochineras, auténticos barcos amarrados al fondo y con una cubierta modificada para las labores de la clóchina.

Los puertos de Valencia y Sagunto son los lugares donde se desarrollan sus actividades y entre los dos suman poco más de una veintena de bateas. Las propiedades nutricionales de la clóchina de València son rica en vitaminas, calcio, hierro, potasio, fósforo, magnesio y Omega 3.

La singularidad de este bivalvo valenciano con respecto al de otras partes del Mediterráneo o a su primo hermano el mejillón, reside en la salinidad de las aguas donde crece y a su estacionalidad, ya que en Valencia llega ahora a finales de abril el tiempo de su sazón.

Hay que tener en cuenta también, para su diferenciación, el estudio que realizó el Departamento de Tecnología de los Alimentos de la Universidad Politécnica de València, situando el molusco valenciano por encima del mejillón del Delta del Ebro y de Galicia en aroma, sabor y jugosidad. Así, la clóchina también se diferencia del mejillón por "su menor tamaño, una tonalidad más suave y por un sabor más intenso", según las mismas fuenes.

La agrupación advierte que hay que tener en cuenta a la hora de la compra el distintivo exclusivo de su marca de calidad de la Comunitat Valenciana, ya que en ocasiones llegan a los mercados clóchinas de otras procedencias que se disfrazan con etiquetas muy llamativas con 'senyeras' valencianas y logotipos que llevan al engaño del consumidor.

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