Crónica
Manifestación de agricultores en Valencia: el grito de auxilio del campo ensordece las calles de la ciudad
Miles de trabajadores del sector primario con centenares de tractores han reclamado precios justos para los productores valencianos
«Entre el olvido y el engaño», por Ferran Garrido
«No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes». Es la síntesis del discurso que reina entre los productores valencianos para poner en valor el trabajo de quienes viven y cuidan del campo valenciano. Miles de trabajadores del sector primario venidos de muchas partes de la Comunidad Valenciana -se han fletado un centenar de autobuses- han colapsado las calles de Valencia este viernes para reivindicar su razón de ser y la «asfixia» que padecen por los bajos precios, que no cubren los costes de producción.
Una multitudinaria protesta convocada por Asaja, La Unió de Llauradors y UPA, encabezaba por una pancarta en la que podía leerse: «Prou d'enganyar als agricultors i ramaders» («Basta de engañar a los agricultores y ganaderos»). A ellos se han unido centenares de tractores que desde primera hora de la mañana han ocasionado retenciones en las principales vías de la capital del Turia. «Una cola de 400 kilómetros tendríamos que hacer hasta Madrid», proponía una manifestante al paso de los vehículos, vitoreados por los asistentes.
«Nosotros damos comida y los políticos nos matan de hambre» , rezaba uno de los mensajes, señalando directamente la responsabilidad de todos los partidos, que se han sumado a una manifestación, en la que entre los pitos habituales en este tipo de concentraciones se ha podido escuchar el repertorio festivo de un saxofonista.
Algunos han focalizado el mensaje en pedir que se amplíen los fondos para seguros o que se exijan controles fitosanitarios a los países exportadores. Otros han ido más allá y alertaban de las consecuencias de abandonar los campos: la despoblación rural y el agravio del cambio climático .
«Queremos vivir de la naranja», podía leerse en la camiseta de un señor que en medio de la marcha se ha arrodillado en el suelo para hacer su alegato en favor de los agricultores, mientras los principales líderes de las asociaciones agrarias cortaban en pedazos las ramas de un naranjo para simbolizar la destrucción del medio rural.
Mucha gente joven también respaldaba la marcha. «Por ellos estamos también aquí, porque sin ellos, estamos perdidos», asumía un agricultor jubilado. Pero los jóvenes tampoco lo ven claro. «Ya no podemos más. No se están tomando medidas para que si el precio está barato en el campo, llegue al mismo precio al consumidor. Creamos riqueza, creamos empleo, generamos muchos ingresos a la Adminitsración pero ésta no nos responde», lamentaba Pepe.
Aunque el problema va más allá de la agricultura y la ramadería. Dos chicas ataviadas con sus trajes de apicultoras reclamaban más apoyo por parte del Gobierno autonómico. «Nos discriminan, nos envían fuera cuando es la floración del azahar, que es lo que nos da de comer. Estamos bajando en número de colmenas y llevamos veinte años así», ha explicado Inma, venida de Alicante, a ABC, al tiempo que matizaba el carácter global de la protesta; «Estamos todos en la misma situación, por eso nos unimos. Los precios de la miel están muy bajos, por debajo de los de produccion».
Entre gritos, crespones negros y pancartas en las podía leerse «Ganadero perdido, pueblo y territorio vendido» o «El campo pagando, el labrador llorando y la Administración ahogando» , José Luis destacaba por portar una cruz de madera con la inscripción «RIP» adornada con mandarinas. «Llevo desde los 18 años cotizando y me dejo la pensión para mantener los campos», ha aseverado. «Los agricultores valencianos estamos vendiendo las naranjas más baratas que hace 40 años. Mi pregunta es, ¿qué fabrica vende el producto más barato que hace 40 años? ». Y la cuestión, entre un ambiente sosegado, ha quedado en el aire.