Joaquín Guzmán - Crítica
Luisotti y la Oquesta brillan en Tosca
«Algo no acaba de encajar cuando, tras la marcha de Mehta, la orquesta ha venido sonando mejor con directores invitados que con sus titulares»
Algo no acaba de encajar cuando, tras la marcha de Mehta, la orquesta ha venido sonando mejor con directores invitados (Nánási, Gimeno, Tebar…) que con sus titulares (uno de estos últimos, Fabio Biondi, ya ex titular). Durante esta Tosca comandada por el toscano Nicola Luisotti , la formación lo ha hecho como en sus grandes noches. El público, apercibido de ello, le brindó una de las grandes ovaciones de la temporada. A estas alturas es más que evidente que el director que debería comandar el futuro de este proyecto ya se ha subido al podio de les Arts . Crucemos los dedos. Cuando se resuelva, espero que muy pronto veremos si tenemos que escuchar un Te Deum o un Requiem.
La escena de Livermore , en términos generales, funciona, y se basa en una gran plataforma escénica inclinada que gira sobre sí misma en veinte o treinta ocasiones. En algún momento me preguntaba porqué lo hacía en ese instante; el giro no aporta nada desde el punto de vista teatral y dramático, más allá de desconcentrar. La gran estructura recrea con acierto el mundo de las iglesias y los palacios romanos barrocos forrada en mármoles y delimitada por balaustradas. Hay otros momentos en los que el giro de la escena es más lógico pues ayuda a explicar mejor la acción, por ejemplo en el acto de cierre. Sirve tanto para Santa Andrea della Valle con una visión cenital de la cúpula de Maderno proyectada y los frescos de Lanfranco, como para el Palazzo Farnese, para el que se emplea el mismo espacio arquitectónico o finalmente el Castel Sant’Angelo. No me convenció como se resuelve el Te Deum puesto que la impresionante escena queda un poco fría situándola arriba de la plataforma, lejana, perjudicando el intenso dramatismo que ha de presidir este final de acto.
No puede cuestionarse que la relación de Nicola Luisotti con la orquesta es excelente. Los resultados de esta Tosca son sobresalientes y el director italiano extrae toda la calidad del conjunto. La formación suena con un empaque impresionante . De disco. La precisión en cada uno de los ataques fue antológica. Si nos ponemos estupendos podemos pedir una mayor gama de dinámicas y detalles de esos inauditos que un Maazel o incluso un Chailly son capaces de lograr. La orquesta con Luisotti suena densa y los volúmenes llenan la sala sin abusar. El Cor de la Generalitat siempre impecable aunque en el Te Deum se ve un tanto perjudicado por lo que decíamos antes. Muy bien la Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet.
En lo vocal trío protagonista no puede competir con aquel que protagonizó en 2011 la soprano Oksana Dyka, el tenor canario Jorge de León y Byrn Terfel como un enorme Scarpia. La Floria Tosca de Lianna Haroutounian, no emociona, moviéndose en una franja dinámica bastante limitada, por lo que es difícil encontrar detalles expresivos que marquen la diferencia. Quizás se deba a una combinación entre poca maduración del rol y una técnica algo limitada para manejar el privilegiado instrumento que posee. Es la triunfadora de la noche lo cual no es especialmente difícil en esta producción. Alfred Kin me hizo temer lo peor en los albores del primer acto con una fea emisión de tintes caprinos que fue corrigiendo a lo largo de la función. Sin embargo, en las notas agudas en forte su voz salía más que airosa . Es curioso el caso de este tenor. No es el suyo un Cavaradossi para recordar, de hecho, ya se me ha olvidado. Tampoco es una enciclopedia en matices ni en dinámicas, siendo su canto paradigma de la monotonía. Estoy seguro que lo da todo Claudio Sgura y que posiblemente se pueda defender en otro repertorio, pero no tiene los medios que demanda un Scarpia, cuya voz ha de proyectarse por toda la sala con maléfica potencia. Las notas se precipitaban por el foso, y a penas llegaba en condiciones al patio de butacas. Scarpia es mucho más que una sucesión de poses de canalla sin escrúpulos. Muere con dignidad, eso sí. Buenos el Sacristán de Alfonso Antoniozzi y el Spoletta de Moisés Marín.
Ficha técnica
18 de mayo de 2018
Palau de Les Arts
Tosca, ópera en tres actos de G. Puccini
Lianna Haroutounian, Claudio Sgura, Alfred Kin, Alfonso Antoniozzi, Moisés Marín
Cor de la Generalitat
Coral Veus Juntes de Quart de Poblet
Cor de la Generalitat
Orquesta de la Comunidad Valenciana
Nicola Luisotti, dirección musical
Davide Livermore, dirección de escena