La línea

La línea es la mejor forma de marcar límites. Por ejemplo, en el futbol, depende de una línea que el balón esté dentro o fuera del campo. Que sea saque de banda. Que sea gol, o se quede en ¡¡¡uyyyyy!!!, que estemos ante una falta o ante un penalti. Todo delimitado por líneas blancas que un operario sigue marcando antes de cada partido con una técnica que apenas ha cambiado en el último siglo.

Pero la importancia de la línea en el fútbol va mucho más allá . De hecho, hay una línea imaginaria y mágica que sirve para definir el gran secreto del deporte rey. Es la línea del fuera de juego, que es invisible, pero todo el mundo la ve, que se ubica en cualquier parte del campo y que sirve, además de para definir eso, el fuera de juego, para dividir a los seres humanos entre los que son capaces de entender el futbol y los que no.

Si desde siempre el fútbol ha nutrido a nuestra sociedad de líderes y ejemplos para los más jóvenes, ahora esto ha llegado a la máxima expresión. El deporte rey ha dejado de ser patrimonio de chicos y las chicas ahora lo siguen, lo juegan y se fijan en sus figuras como ejemplos a seguir.

Y por eso creo yo que al fútbol hay que meterle unas líneas nuevas. Sí, las rojas. Porque me parece que como sociedad no debemos permitir que determinadas estrellas que son ejemplo para nuestra juventud amolden la realidad a sus necesidades fiscales como si tal cosa.

No digo ya que delincan, que eso es cosa de jueces y fiscales . Me refiero a que utilicen paraísos fiscales, ingeniería financiera y lo que sea con el único fin de pagar menos impuestos. ¿Alguien me puede explicar por qué pedimos la dimisión de un ministro por tener la pasta en un paraíso fiscal y no hacemos lo propio con una estrella del futbol? ¿El ministro tiene que ser más honesto que el futbolista? ¿Por qué? Las exigencias morales tienen que ser iguales para todos. Nadie debe pasarse de la línea.