José Manuel Bonilla * - Tribuna abierta
La transformación del liderazgo para una Economía Low Touch
«Este nuevo escenario turbulento, dinámico, cambiante y altamente competitivo obliga a una transformación de los modelos de gestión de equipos y de personas»
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Nuevos liderazgos, nuevos directivos, nuevos ejecutivos, nuevos profesionales y valores para nuevos tiempos. Si esta pandemia ha acelerado la digitalización de las organizaciones; donde aquella transformación que estaba planificada para varios años, de forma paulatina y progresiva, ahora consecuencia del Covid19, se va a ejecutar en unos meses, de forma rápida e inminente; la evolución del liderazgo y del directivo también. Tanto aquellas organizaciones como aquellos profesionales que no sean capaces de adaptarse quedarán fuera de juego.
Más allá de la imperiosa necesidad de la transformación digital, que también, este nuevo escenario turbulento, dinámico, cambiante y altamente competitivo obliga a una transformación de los modelos de gestión de equipos y de personas, aquella evolución que desde hace años se recomienda hacia nuevos modelos directivos y especialmente a la aproximación del concepto, que yo tildo, de liderazgo innovador debe acelerarse y extenderse dentro de toda organización para poder estar alineada en valores y a la altura en esta nueva y desconocida Economía Low Touch, que según los expertos se estima un año de duración con efectos que quedarán para siempre.
El cambio. La importancia del por qué, de explicar y de convencer
Estamos ante un inédito escenario caracterizado por el mínimo contacto físico entre personas, por la desaparición del cash, por colateralidades geopolíticas como el cierre de fronteras limitando la libre circulación, por una incertidumbre extrema ante la posibilidad de que todo esto pueda ocurrir de nuevo en el futuro y por un elevado uso de la tecnología; lo que va a cambiar sensiblemente el comportamiento no sólo del consumidor sino también de todos los miembros del equipo de toda organización, tanto pública como privada.
Sensaciones como el estrés, la inseguridad, la duda, el desconocimiento, la desconfianza, el miedo, la frustración, el cansancio o la impotencia serán algunos de los ingredientes, en mayor o menor medida, de un coctel emocional fruto del impacto psicológico del efecto coronavirus en las personas que trabajan en las organizaciones.
Ahora más que nunca es clave que todo profesional, y especialmente quienes gestionan equipos y personas desarrollen y adquieran una serie de habilidades imprescindibles para afrontar estos nuevos tiempos que han supuesto todo un shock para la sociedad. Más que un cambio en el qué se hace se trata de evolucionar en la forma, en el cómo se hace para que el equipo entienda y comparta el por qué se hace. Con pedagogía, todo directivo debe pasar del modo vencer al modo convencer, que no es excluyente con la contundencia.
Nuevas habilidades para el PostCovid
Se requiere de virtudes y habilidades como; el saber delegar, la capacidad de auto motivarse a uno mismo y al resto, la proactividad para inspirar e ilusionar a tu entorno, la creatividad universal y continua, el ímpetu de superación y resiliencia ante adversidades, la visión sinfónica de equipo, el poner foco en lo importante y la valentía proactiva a explorar, testar y aprender nuevas y desconocidas opciones, el definir el error como fuente de aprendizaje y el aceptar e interiorizar que nos adentramos en un nuevo mundo en el que la zona de confort ha desaparecido para todos. No es una opción, es rol y obligación del líder y del gestor de personas, ahora mas que nunca, evitar que su equipo se “queme” y ayudarles en este proceso de transformación profesional y personal.
De la Elefantosis a la mentalidad startups
La nueva Economía Low Touch supone un cambio radical y sin precedentes en las organizaciones que tendrá un impacto emocional en las personas que las forman. Se implementarán nuevas estructuras organizativas, más horizontales y menos jerárquicas, nuevos sistemas de trabajo, como el teletrabajo, nuevas formas de relacionarnos con el cliente y con el usuario basadas en la omnicanalidad, nuevos horarios de trabajo que serán más flexibles, nuevos sistemas de control de asistencia basados en la confianza y en la delegación, nuevas metodología de gestión por proyectos y con mentalidad startup (ágiles, flexible y rápidas), nuevos sistemas de remuneración con un mayor peso a la consecución de objetivos y orientadas todavía más a resultados, una búsqueda continua de nuevas propuestas de valor, formas de ventas radicalmente innovadoras o nuevas formas de monetizar entre otros cambios. Desaparecerán las organizaciones con Elefantosis: rígidas y lentas.
El híper protagonismo del hogar para siempre
Nuestro hogar se convierte, por un lado, para todos los trabajadores, en una mayor o menor proporción temporal, en la oficina, y para el cliente y el usuario, por otro lado, en el lugar de compra y consumo. Y para muchos en general, puesto que la crisis económica es la derivada de una crisis sanitaria y los efectos de miedo en el subconsciente permanecerán latentes para siempre, las casas se han convertido en un refugios donde ponerse a salvo. Los espacios públicos tendrán muchas más limitaciones en horarios y en aforos. La accesibilidad a productos y servicios outdoor podrá verse afectada para la demanda. Pasaremos más tiempo en casa y menos fuera que antes del momento Covid19.
Excelencia para una sociedad más exigente sin espacio para la mediocridad
Así mismo, las sociedad va a esperar más de las organizaciones y, por ende, será más exigente con las personas que trabajen en ellas, no habrá espacio para la mediocridad y, tanto en el sector público como en el privado, la excelencia será el hándicap mínimo para sobrevivir como organización. De nuevo, la historia y la naturaleza nos pone de manifiesto la didáctica enseñanza de Charles Darwin para un mundo en el que sobreviven los que mejore se adaptan.
Es posible navegar en estas aguas revueltas y llevar el barco a buen puerto, sin embargo, es condición necesaria e indispensable para ello que se implemente en la organización el modelo de liderazgo innovador y se inocule en el ADN de todas y cada una de las personas, porque hoy todos somos líderes, aunque sea para gestionarnos a nosotros mismos, y porque en el nuevo mundo la gestión de personas es multidireccional; hacia abajo, hacia los lados y hacia arriba. Todos y cada uno de los miembros del equipo de una organización deben colaborar para que las buenas prácticas en la relación y en la gestión de personas tenga éxito.
Liderazgo inspirador y mediador
El líder, el directivo o el gestor de equipos debe mover la estructura e impulsar a la plantilla para conseguir este desafío del cambio y este reto de la transformación digital. Es momento de reconocer y premiar cuando toque. Es fundamental invertir en la formación del equipo en nuevas herramientas, en metodologías y en habilidades, entre ellas la mediación de conflictos para ayudar a resolver soluciones que, ahora más que nunca, se producirán con mayor frecuencia e intensidad.
Liderazgo ejecutivo, hacer que las cosas pasen
El liderazgo innovador parte de la base de poner a las personas por encima de la tecnología, tal y como como nos dijo Steve Jobs, la innovación no es cuestión de dinero, es cuestión de personas, de cómo las dirijas. Por ello un aspecto fundamental del liderazgo innovador es tener la capacidad de sacar lo mejor de todos y cada uno de quienes componen tu equipo, es la capacidad de hacer que las cosas pasen, de conseguir realidades, tangibles y valoradas por la sociedad. Aquí retomamos el concepto de Inteligencia Ejecutiva de Justin Menkes que persigue alcanzar metas con, y a través de, personas con una clara y creativa ejecución de la estrategia adaptándonos al entorno.
Disruptivos, pero las personas siempre en el centro
El líder no solo tiene la obligación de controlar e impulsar a la consecución de los objetivos, también de facilitar, controlar y conseguir que las personas de la organización optimicen el equilibrio de la conciliación laboral- familiar- social; una fuente de alimentación energética imprescindible para cargar las baterías de motor humano que hace que la maquinaria de la organización funcione. Es tan tóxico y perjudicial para una organización el “workaholic” como el ocioso absentista. Y especialmente el jefe tirano. En este nuevo entorno cada vez más VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) es imprescindible la optimización en términos de productividad donde la motivación del empleado es vital.
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Los clientes y usuarios que consumen productos y solicitan servicios, tanto del sector público como del privado, son personas; cuyo comportamiento posiblemente se va a ver alterado, en mayor o mejor grado, consecuencia de presión del ambiente que acontece, lo que es seguro que genere tensión, susceptibilidad e incluso agresividad desde los clientes y usuarios hacia las personas que trabajan en las organizaciones. Pérdidas humanas, desempleo, quiebras, deudas y otras carencias. Otro elemento más que se suma al sudoku de la gestión en la Era Postcoronavirus que el líder deberá interiorizar para, con pedagogía y comprensión, ayudar a su equipo a gestionar y canalizar cada situación con una actitud altamente positiva.
Hoy más que nunca el valor añadido del factor humano será imprescindible, tecnologías disruptivas como la robóticas, el Big Data, el Blockchain o la inteligencia artificial entre otros serán importante, si bien, la emocional de las personas será determinante, y para ello debe haber una evolución y una adaptación del modelo de liderazgo y de la gestión de equipos que debe reflejarse en una preocupación y casi obsesión por parte del líder en mejorar el mundo.
Intraemprendedores, embajadores y solidarios
Toda organización debe tener claro y conseguir que las personas de la organización, sin miedo y con ilusión, se conviertan en embajadores de la misma tirando de ella, de abajo a arriba, que solo es posible con un liderazgo que cuente con toneladas de talento, pero con todavía más de talante, que inspire al grupo a intraemprender y a proponer ideas para la reinvención continua, y que sea en colaboración con otros players dentro y fiera de la organización.
Además de promover y participar en acciones de responsabilidad social, de fomentar el cumplimiento de los ODS y de impulsar el voluntarias de la organización, mejorar el mundo también es generar un buen clima en el trabajo y hacerle la vida más fácil a tu compañero de pupitre.
Si algo positivo ha llegado con Covid19 es la manifestación tangible en la sociedad de la filosofía Ubuntu; "Yo soy porque nosotros somos", algo que ha calado en la cultura y en los valores de toda organización, pública o privada, y que debe formar parte del ADN del líder, del directivo y del gestor de equipos.
*José Manuel Bonilla Gavilanes es consultor en dirección estratégica y gestión del cambio.
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