Montero se pone la mentira por montera

Montero , y por hacer una concesión a su andalucismo, María Jesú, es la portavoz del Gobierno de Pedro y Pablo. Como tal, suele manejar la mentira con el mismo desparpajo con que lo hace el presidente. Sabedora de que el embuste ha dejado de ser motivo de escándalo, y mucho menos de reprobación política en esta España de la posverdad, la portavoz asume también la condición de portacoz y le arrea a la verdad con la contundencia que mejor le parezca en cada momento.

Mintió –sin consecuencia penal, por supuesto, ni siquiera política ni social— cuando afirmó con el gracejo y desenvoltura que se gasta portavoceando, que la Unión Europea , que poco menos que era una madrasta, no le dejaba al Gobierno de España, poder reducir el IVA de las mascarillas . Y, con el cuajo propio que se gasta todo aquel (y aquella) que miente sin sonrojo alguno, reiteró ante las cámaras (de televisión) que la UE no nos lo permitía porque, si nos dejase, la bajada del IVA sería inmediata. Casi a renglón seguido se supo que el IVA no bajaba en España porque al gobierno de Pedro y Pablo no le salía de la coalición misma, porque otros muchos países la tenían reducida sin que los mandamases comunitarios les hubiesen sancionado y ni siquiera abroncado.

Y ahora, otra vez, la misma portavoz que es María Jesú Montero, vuelve a las andadas al afirmar impasible su ademán que no es posible bajar el IVA de la factura de la luz «porque la Unión Europea no nos lo permite». Pues eso, que otra vez Montero se pone la mentira por montera. Y no pasa nada. Nada que no sea pagar la energía eléctrica al mayor precio que vieron los siglos.

Los portugueses, aquí al lado, con un gobierno de coalición de izquierdas, han reducido el IVA de la luz del 23 al 6 por ciento, sin que les haya caído un coscorrón comunitario por la sencilla razón de que lo han hecho porque lo que podían hacer y lo querían hacer. No como aquí, María Jesú, que por mucho que sea tu donaire no deja de ser mentira lo que dijiste del IVA de las mascarillas y de la luz.

Rula por las redes una recopilación antológica de diez intervenciones ante las cámaras –maldita videoteca, brama el galapagareño al verse pillado, incapaz de poner puertas al campo internáutico-- en las que el otrora lenguaraz Pablo Iglesias , estos días silente y afónico, ponía de vuelta y media al presidente Mariano Rajoy afeándole una subida del precio de la luz que no fue ni la mitad de lo que ha subido en este principio de gélido año con Pablo, Pablito, Pablete (como diría García) de vicepresidente segundo. Y más callado y mudo que el marxista Harpo, y sin mover un dedo por tratar de solucionar el mismo problema que él dijo que con Podemos en el poder (ojo, en el poder mas que en el Gobierno) no se iban a producir.

Tocar poder ya lo ha tocado. Gobernar es otra cosa , además de ordenar a la Guardia Civil el bloqueo permanente de la calle de su casoplón. Como para no tiritar y no solo de frío con esta pandemia de gobernantes .