José Luis Torró - Al punto

La gran ca...balgata de Ribó

«El gobierno del Botànic se convirtió en un jardín en llamas por más que Manolo Mata recomendase callar, después de haber prendido la mecha»

Imagen tomada este martes en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia IRENE MARSILLA/LP

«Resultado muy insatisfactorio de algo en relación con lo que se pretende o se espera» es la definición que da la Real Academia Española al vocablo cagada , con perdón. Que será malsonante, sí, pero que es tan elocuente como maloliente y precisa. Y que en el caso de la cabalgata de los Reyes Magos de la ciudad de Valencia, adjetiva con precisión un error garrafal, y una torpeza de libro, cuyas consecuencias pueden tener su dramático reflejo en un incremento de los contagios por el coronavirus .

El principal caganer ha sido el alcalde, Joan Ribó, como primera autoridad municipal, pero en su defecación no ha estado sólo. Las responsabilidades de Giuseppe Grezzi, Aarón Cano y Carlos Galiana tienen que ser compartidas y la ciudadanía anotárselo para que no quede impune tamaña evacuación.

Cuando se demuestra tal nivel de irresponsabilidad y desconocimiento —quod natura non dat—, la gente que conserva un mínimo de decencia política recoge sus cosas del despacho y se va a casa. Y más tratándose de alguien que ya tiene asegurada por edad la jubilación.

Que lo suyo, porque así le peta, sea el desfile de las magras Magas no exime de responsabilidad al todavía alcalde Joan Ribó a la hora de diseñar una cabalgata que debería cumplir el doble objetivo de hacer felices a la chiquillería y no poner en riesgo su salud ni la de quienes, progenitores (dicho al gusto del feminismo rampante) abuelos y abuelas tíos y tías, primos y primas los acompañan en una de las tardes/noches más ilusionantes del año.

Pero, si a un mal diseño del recorrido de la cabalgata añades un peor planificación de su desarrollo y no informas de la posibilidad de verla a lo largo de un mayor número de calles, con el fin de evitar concentraciones y aglomeraciones, el resultado es el que ha sido y que se resume en una contundente… cagada.

A la vista del error, del todo imposible de maquillar, cosa que ya ni siquiera hacen quienes desde sus chiringuitos mediáticos mas se prestan al halago complaciente y al disimulo de las pifias del gobierno municipal, comenzó un pin, pan, pum. Unos y otras, otros y unas, tomaron posiciones y se dedicaron a zurrarse.

Imagen tomada este martes en la Plaza del Ayuntamiento de Valencia IRENE MARSILLA/LP

¡Qué espectáculo de pirotecnia tuitera el que se ofreció a continuación del desfile! El gobierno del Botànic se convirtió en un jardín en llamas por más que Manolo Mata recomendase callar, eso si después de haber prendido la mecha. La vicepresidenta Mónica Oltra , otra que no deja pasar la oportunidad de hacerse visible para poder dar puntada incluso sin hilo, respondía: «Pues no callemos. ¡Esto es incomprensible!» La consellera de Sanidad, Ana Barceló , lamentaba la imagen de la aglomeración en la plaza del Ayuntamiento dado que sus «sus consecuencias eran evitables si se hubieran cumplido las recomendaciones». Las suyas.

Oltra aprovechaba para echar mas sal en la herida por entender que lo ocurrido era «lamentable» pero también «evitable». Y el vicepresidente podemita del Consell, Rubén Martínez Dalmau , apuntaba y disparaba: «Los gobiernos, todos ellos, han de proteger a las personas, en particular en la peor pandemia que hemos sufrido», y añadía que hacía falta «averiguar si el Ayuntamiento de Valencia ha tomado decisiones desafortunadas y pedir en su caso las explicaciones y las responsabilidades oportunas».

Todo ese cúmulo de errores, disparates, impericia y torpeza hubiese sido evitable si en vez de reconvertir la cabalgata de los Reyes Magos en un guateque en el Ayuntamiento de Valencia para goce de las primeras autoridades municipales, se hubiese previsto desfile de muy largo recorrido, de modo que una gran parte de la chiquillería la hubiese podido ver desde sus casas, asomados a los balcones o a pie de calle sin aglomeraciones, como se hizo en diversas poblaciones valencianas, como fue el caso del espectacular y al mismo tiempo seguro del cortejo real organizado por los Amigos de los Reyes Magos y el Ayuntamiento de Ontinyent. Una cabalgata que hizo un recorrido superior a los diez kilómetros, que fue anunciado en tiempo y forma, con expresa indicación del recorrido, plano incluido, lo que evitó peligrosas concentraciones.

¿Dimitirá alguien? Qué pregunta mas ingenua, plante. ¿Por qué, si creen que todo lo hacen requetebién? Lo raro es que no hayan dicho que la culpa ha sido de Rita, que en paz descanse.

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