José Luis Torró - Al punto
Confesadlo, os molesta España
«Unos y otras sacarán sus billetes para venir al Casal España Arena en Valencia y no a Barcelona como a alguno de estos ploramiques o a estas plañideras les habría gustado»
Cuando la izquierda podemita , y la podemizada por contagio como puede ser la socialista pero sobre todo Compromis , se manifiesta en contra de la denominación Casal España Arena (el pabellón que levanta Juan Roig de su propia buchaca) no es tanto porque no aparezca Valencia en la rotulación sino que les molesta que figure el nombre de España . ¡Qué le vamos a hacer si son así! No lo pueden disimular.
Sus declaraciones y tuiteos así lo demuestran. Hay concejales y opiniones para todos los gustos. Dentro de lo que cabe, y a diferencia de los gruñidos de otros compañeros de Compromis, el alcalde de Valencia, Joan Ribó se muestra bastante razonable y comedido al decir que le “gustaría que el nombre (de Valencia) esté vinculado al recinto para no perder la oportunidad de promoción”. También la vicealcaldesa Sandra Gómez, que prefiere huir de polémicas, apuesta por un acuerdo “en positivo” y que el nombre de “Valencia puede dar la vuelta al mundo”.
Soy de los convencidos de que el presidente de Mercadona –ahí está su impecable trayectoria empresarial— no da puntada sin hilo. Si Juan Roig ha decidido que el nombre sea Casal España Arena no será por un antojo ni un capricho de última hora sino que tendrá estudiadas razones de peso para así haberlo decidido.
Los textos y pretextos de algunos concejales de Compromís con que tratan de argumentar a favor del nombre Valencia y en contra del de España son de lo más risibles. Los mismos que antaño acosaron, insultaron y la armaron gorda contra Rita Barberá por su pretensión –y en gran medida notable éxito conseguido—de poner a Valencia en el mapamundi son los que ahora pretenden ponerse medallas de patriótico orgullo casolano pero que no dejan de ser, tanto las medallas como el mismo orgullo, de plástico.
No lo pueden remediar. Confesadlo, os molesta España. Para el regidor Carlos Galiana el nombre decidido por Juan Roig “es soberanamente feo”, mientras que Giuseppe Grezzi , otro que tal, viene a decir que “quien estima a su tierra no esconde sus raíces ni su nombre”. “Valencia bien vale una arena”, apunta el procesado Pere Fuset, expresidente de la Junta Central Fallera, que sigue siendo concejal y responsable de la agenda digital. Y hay más opiniones. Como la de la concejal de Vivienda, Isabel Lozano , que dice que “Valencia no entenderá que invisibilice y menosprecie así a nuestra ciudad”. El remate a este florilegio de dicterios lo encuentro en el concejal de Cementerios, Alejandro Ramón , que se siente muy triste de que haya “quien continúe ofrendando glorias a España”. Ché, lo dicho, que les molesta España.
Del mismo modo que el hábito no hace al monje, tampoco el nombre del pabellón deberá condicionar nada. Sabiendo como sabemos que Juan Roig no escatima medios ni enteros, los 220 millones de euros que ha comprometido invertir, que son más de treinta y seis mil millones de las antiguas pesetas, suponen el verdadero aval para una obra que será capaz de poner a Valencia en el mapa. Apellídese el casal como quiera el señor Roig. Casal que por sí mismo, gracias a su singular edificación , los servicios que ofrecerá a los alumnos de las escuelas de basket , las comodidades para aficionados y jugadores, además de su multifuncionalidad al poder ofrecer grandes espectáculos y sonoros conciertos , será el mejor vocero, pregonero y embajador que pueda tener la ciudad de Valencia.
El señor de Los Ángeles, la rockera de Liverpool, el aficionado de Cincinnati o el baloncestista de Melbourne pronto quedarán enterados de la existencia –en Valencia— de un pabellón de nombre Casal España Arena gracias a la fama que sin duda conseguirá en muy poco tiempo, tan pronto como abra sus puertas e inicie sus actividades. Y así, sabedores y enterados, unos y otras sacarán sus billetes para venir a Valencia y no a Barcelona como a alguno de estos ploramiques (dícese por tierras del interior de nuestra Comunidad del que llora frecuentemente y sin motivo) o a estas plañideras les habría gustado.