José Antonio Izquierdo - En construcción
La sostenibilidad del sector inmobiliario en Alicante
«Desde hace un tiempo, se reclaman soluciones al modo británico del ‘help to buy’, que hagan posible el acceso a la vivienda a las generaciones más jóvenes»
Los retos también son oportunidades, y el sector inmobiliario español tiene excedentes de unos y otros. Lo que se abre en este nuevo escenario –que no sé si será una nueva realidad– es un horizonte donde se debe actuar en lo individual como en lo colectivo para reforzar un sector que debe seguir siendo piedra angular de un modelo económico y social esencial en nuestro país. La sostenibilidad de nuestro sector tiene que ver con varios aspectos, porque como casi todo en esta sociedad tiende a ser poliédrico, complejo y con muchas aristas.
Cuando hablamos de sostenibilidad , hablamos de sostener al sector. La actividad inmobiliaria es necesaria en nuestro país, debe ser estratégica y debe ser protegida desde todos los ámbitos. Hemos generado puestos de trabajo, hemos generado riqueza y, lo que es más importante, hemos generado y generamos viviendas. Las casas, los hogares, son uno de los elementos más importantes sobre los que gira la sociedad, las relaciones humanas, y desde el que se articula nuestro modelo de pueblos y ciudades, las relaciones económicas y la vinculación personal y social con el territorio. La vivienda se convierte en un actor de uno de los derechos protegidos en la Constitución que, sin lugar a dudas, requiere empresas que las hagan posible: el derecho a la vivienda .
Por ello, el sector –que se ha demostrado autónomo y con capacidad para resistir las crisis más furibundas como esta que estamos pasando con la Covid-19- necesita políticas activas concretas que lo refuercen. Desde hace un tiempo, el sector viene reclamando soluciones al modo británico del ‘help to buy’, que hagan posible el acceso a la vivienda a las generaciones más jóvenes. En el Plan estatal de ‘España 2050’ se introduce el concepto de ‘ Herencia Pública Universal ’, una dotación a la población más joven para acceder a su primera vivienda, montar su primer negocio o terminar su formación. Esto -que es sólo una propuesta sin proyección inmediata- sí parece una medida concreta en cuanto se desarrolle. Esta podría ser la línea. Pero la administración debe hacer más cosas, sin dejar de proteger al territorio ni a las personas. Lo primero es actualizar su sistema burocrático napoleónico y establecer protocolos de concesión de licencias y permisos más ágiles, más eficientes y que permitan abaratas costes. Lo segundo clarificar el sistema fiscal complejo –con cargos de diferentes niveles administrativos– sobre los proyectos y planes inmobiliarios. Lo primero, como lo segundo, se repercute en un precio final al comprador, muchas veces convertido en una barrera al acceso a la vivienda. Y Además, es fundamental en este país que el resto de agentes sea más diligente como ocurre con las empresas eléctricas y sus tiempos en ofrecer el servicio definitivo a las promociones en la Costa Blanca de Alicante .
Y mientras tanto, debemos abundar en la consecución de nuevos modelos para la construcción y el sector inmobiliario, esta vez vinculados al concepto de sostenibilidad verde. Parte del consumo energético en nuestro país se genera por la falta de eficiencia de las viviendas en esta materia. El parque inmobiliario adolece de sistemas y materiales eficientes que permita reducir el consumo de energía en sus prestaciones básicas. Actualizar lo existente, y potenciar que las nuevas construcciones hagan una clara apuesta por la sostenibilidad verde, abre un horizonte muy claro para aprovechar los fondos Next Generation procedentes de la Unión Europea . Sin duda, y uno de los ejes de estos fondos es la sostenibilidad, el sector inmobiliario no puede estar ni ser ajeno a esta inyección de fondos públicos.
Acceso a la vivienda y viviendas más sostenibles son piezas clave para un sector que no ha dejado de evolucionar. Que cada día es más consciente del compromiso social que debe representar, sin dejar de ser una actividad económica, en la recuperación de espacios urbanos, en la protección del territorio y en la plasmación real de un derecho, el de la vivienda.
El sector inmobiliario aprendió mucho de la crisis de 2008. Y tomó nota de tal modo que en nada se parece a aquel modelo que generó tal vendaval económico y financiero durante más de un quinquenio. Hoy, podemos decir que hemos vuelvo a aprender la lección con esta crisis la Covid-19 , convirtiéndonos en un sector ágil y de rápida adaptación a las necesidades nuevas, a las demandas emergentes y a los cambios de hábitos y normativos que ha generado.
Todo ello hace que nuestro sector sea respetado, especialmente, fuera de nuestras fronteras, igual que nuestros destinos como la Costa Blanca, que son valorados por sus potencialidades intrínsecas como el clima, los espacios naturales o la accesibilidad, pero también por un sector inmobiliario hiperresponsable. Es fruto de la labor y el compromiso de muchos empresarios del sector y del conjunto de sus trabajadores, que trabajan mucho y bien. Pero debería ser un orgullo social contar con una actividad económica que introduce tecnología, innovación y desarrollo social. Tenemos una misión, sostener un sector básico y lograr que este sea sostenible. Hagámoslo posible.
José Antonio Izquierdo es director general de Alibuilding