Joaquín Guzmán - Crítica

Verismo en vena

«El tenor canario Jorge de León lleva a cabo una proeza al cantar en cada una de las funciones los exigentes papeles de Turidu y Canio»

Imagen de una de las escenas de 'Caballeria rusticana / Pagliacci', en el Palau de Les Arts de Valencia PALAU DE LES ARTS

Si hay un protagonista por encima de todos en estas representaciones veristas es, sin duda, el tenor canario Jorge de León , que lleva a cabo una proeza al cantar en cada una de las funciones los exigentes papeles de Turidu y Canio. Más allá de salir simplemente airoso, el resultado es sobresaliente . A uno le da la sensación de que tras ese Himalaya, podría lanzarse a por un Cavaradossi, si fuera menester.

La puesta en escena es la ya parcialmente conocida, por estos lares, de Giancarlo del Mónaco . Parcialmente, ya que 'Pagliacci' es la primera ocasión que se representa en Valencia, al contrario que 'Cavallería', que tuvo su estreno con aquella histórica lectura musicalmente extrema protagonizada por Maazel en plan dueño, señor del teatro, quizás la más lenta que jamás se haya puesto sobre las tablas, y en la historia de la fonografía, seguro.

Vistas ambas, me convence más la escena de los payasos , más fiel al libreto en cuanto al lugar donde se desarrolla con pasajes muy emotivos como cuando los protagonistas se van pintando las caras a la vez. Sinceramente ambas propuestas escénicas parecen tener tras ellas a un director diferente cada una.

No acaba de entenderse por qué Del Mónaco lleva en 'Pagliacci' la narración allá donde en el libreto realmente se desarrolla, salvo con un salto temporal y, sin embargo, en 'Cavalleria' traslada a todo el pueblo a una cantera de níveo mármol, procesión incluida.

En términos generales es una lectura bella de inicio, interesante en los contrastes entre blancos y el negro de luto de un pueblo acechado permanentemente por la desgracia, pero que cansa y se hace previsible.

Tampoco me convence la dirección de actores en 'Cavallería' y sí en 'Pagliacci'. En la primera no existe apenas contacto físico entre los protagonistas, lo que no me convence ni estética ni en lo que a la dirección de actores se refiere. De hecho, en el magistral dúo de amor/desamor entre Turiddu y Santuzza prácticamente ni se tocan lo que resta mucho dramatismo a la escena .

Imagen de una de las escenas de 'Caballeria rusticana / Pagliacci', en el Palau de Les Arts de Valencia PALAU DE LES ARTS

Como contrapunto, véase el protagonizado por el otrora tenor José Cura y la siempre maravillosa Waltraud Meier con Muti en el foso y que se encuentra fácilmente en internet. Saltan literalmente chispas. Téngase en cuenta que Santuzza no quiere dar por perdido a Turiddu y eso no se puede transmitir desde la distancia y más en un contexto de carácter verista y excesivo en lo que a las pasiones se refiere.

El maestro Jordi Bernácer lleva a cabo una más que notable lectura, aunque quizás se impone más la belleza y el lujo sonoro que el dramatismo, aunque sea desde las aristas. La orquesta frasea maravillosamente empleando Bernácer de forma sabia el rubato.

En cuanto a los tempi , se sitúa en un término medio entre Maazel y un, en mi opinión, inalcanzable Muti, en lo que es a mi parecer la versión referencial en una representación en vivo de 1996 del festival de Ravenna.

Los resultados musicales de colocar al coro en el primer palco a ambos lados del escenario, quiero imaginar que por razones sanitarias, fueron espectaculares por la proyección de las voces sobre el patio de butacas y el efecto estereofónico logrado. Un coro que, hay que decir, estuvo sobresaliente toda la velada .

Por lo que respecta a las voces, como decíamos, la palma se la lleva un Jorge de León entregado, valiente , sin enmascaramientos ni trucos propios de tahúr, dando todo lo que tiene sobre el escenario. Es inevitable que una voz así que llena tanto y que sale como un auténtico cañón no nos emocione, aunque no sea poseedor del canto más refinado del mundo o adolezca de cierto vibrato, que con el tiempo ha mejorado.

Sin duda, De León canta mejor ahora que cuando interpretó su anterior Turiddu en Les Arts, con una voz que ha ganado en matices. Si no existieran esos dos o tres pequeños peros, estaríamos ante el mejor tenor spinto del mundo, pero la perfección pocas veces se da. Su Vesti la Giubba en 'Pagliacci' fue estremecedor, llevándose la ovación de la noche .

Excelente y emocionante Ruth Iniesta en el exigente rol de Nedda con una voz caudalosa, muy bien proyectada y perfectamente manejada. Además, mostró unas excelentes dotes para el teatro . No es nada fácil llevar a buen puerto una gran Santuzza y la mezzo italiana Sonia Ganassi echa mano del gran oficio que tiene para sacar adelante con mucha dignidad el cometido, puesto que no creo que posea el instrumento perfecto para encarnar este rol. Creo que es preferible una voz más grande para epatar con Jorge de León.

Muy bien la Mamma Lucia de María Luisa Corbacho . Mishia Kiria con una preciosa voz perfectamente manejada es un excelente Tonio lleno de sarcasmo y maldad y un Alfio quizás demasiado noble en el canto al que le faltó algo más de mala leche. Su gran Alfio llegara en unos diez años. Mattia Olivieri ha ido progresando todos estos años y canta fantásticamente su Silvio, aunque quizás debe ser algo más contenido en escena.

Se le vio un poco apurado al norteamericano Joel Williams en su O Colombina, il tenero , aunque en el resto de sus intervenciones cumple con mucho más que dignidad.

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