Juan Zumalde - VERLAS VENIR

Intimidades

«Tanto Hacienda como en el médico hacen el mejor uso de mis intimidades que pueden»

Imagen de la sede central de Hacienda en Valencia ROBER SOLSONA

JUAN ZUMALDE

Yo, como buen ciudadano, me desnudo todos los años ante Hacienda . Les aseguro que el ministerio conoce hasta el último detalle de mi economía. No le escondo nada. Y es que ni s e, ni puedo ni quiero hacerlo . Lo hago porque es mi obligación, y también por que se que Hacienda, salvo que yo me haya metido en lios, va a ser muy reservada con esa información.

Me pasa como con el médico. No me gusta ir, nada. Pero cuando tengo que acudir a la consulta le dejo hacerme cosas –les voy a ahorrar detalles - que solo lo hago en la confianza de estar en manos (nunca mejor dicho) de un profesional que no publicará fotos de los dos en plena acción (médica).

En fin, que tanto Hacienda como en el médico hacen el mejor uso de mis intimidades que pueden y, por supuesto, no las exhiben ante terceros.

Les digo esto porque en este camino hacia la transparencia total que hemos emprendido a mi me empieza a molestar ver día si día también en los diarios las declaraciones de la renta, las hipotecas y los patrimonios de los políticos.

Se lo voy a decir claro: no me interesa saber si la diputada tal tiene una hipoteca de 100.000 pavos o si el concejal cual tiene un patrimonio de mil millones. Me parece irrelevante pero, además, me parece que forma parte de su intimidad.

Supongo que para vendedores de burras y secuestradores está bien saber si las posibles víctimas tienen posibles, pero para las personas normales ( gracias presidente Rajoy por prestarme esta vaguedad ) es una información del todo inútil.

O incluso nociva. Solo sirve para que la dedicación a un cargo público exigiera un ejercicio de transparencia, una aparente desaparición de la presunción de inocencia que hiciera imprescindible que cada año sepamos como evoluciona su economía. Por si acaso.

Definitivamente, no me gusta. Me encantaría poder confiar en el político sin necesidad de que exhiba sus intimidades cada año ante mi, como si yo fuera Hacienda o, aún peor, su médico. Bajo mi punto de vista, son cuestiones como estas las que convierten la política, que debería ser una actividad de la que enorgullecerse, en un trabajo sospechoso. Y pienso predicar con el ejemplo. Les prometo que no voy a leer ni una sola declaración de bienes de ninguno de nuestros políticos. No me interesan sus intimidades.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación