Arte

La ilusión óptica de la coronación de la Virgen María al caminar hacia su basílica en Alicante

El escultor Borja midió con precisión las distancias para que quien llega al templo vea la imagen estática en movimiento

La hornacina de la Basílica de Santa María en Alicante, vista desde tres posiciones, con la corona de la Santísima Trinidad acercándose hasta «tocar» la cabeza de la Virgen ABC

J. L. Fernández

Ahora que cualquiera disfruta de la imagen en movimiento en la era de los vídeos de YouTube, cuesta imaginarse que en 1728, el escultor valenciano Juan Bautista Borja se las ingeniaba metro en mano para colocar una figura de la Virgen María a la distancia exacta y en la posición precisa para que quien caminara hacia la entrada de una basílica alicantina viera una corona «bajar» hasta su cabeza .

Esa ilusión óptica de que la Santísima Trinidad -simbolizada por una paloma- desciende de los cielos para coronar a la Madre de Dios, que ha detenido su ascenso custodiada por unos ángeles, se consigue cuando el observador recorre la plaza en línea recta hacia la puerta del templo.

La explicación más técnica la ha publicado Antoni Biosca , profesor de la Universidad de Alicante, en la revista Saó. «Por un lado, hizo una hornacina mucho más estrecha, lo que hace que la escena de la coronación quede más compacta. Y la figura de María está colocada exageradamente delante del fondo de la hornacina, con una distancia considerable respecto del semirrelieve de la Santísima Trinidad», describe.

De esta forma, además de conseguir más «profundidad» para el conjunto y que quede en «excesivo segundo plano», según el análisis de Biosca, «Borja creó lo que los franceses llaman trompe d'oeil y en castellano trampantojo , una construcción que juega con la perspectiva desde que la mira el observador».

Detalle de la percepción de la corona sobre la cabeza de la Virgen María ABC

De hecho, no solo influye esa posición delante-detrás, sino también el eje arriba-abajo, ya que estos relieves y esculturas se encuentran a gran altura, con lo que al acercarse el espectador ve esa falsa «coronación» engañado, por decirlo así, por la perspectiva desde el suelo.

Este profesor universitario califica de «genialidad» la técnica del escultor valenciano de origen genovés que se afincó en Alicante, con la que logra una « cuarta dimensión », aparte de las tres que incluyen la profundidad, también la del «tiempo» que transcurre en esta escena de la Asunción de María.

Quienes conozcan la representación del Misteri d'Elx , el drama sacro-lírico reconocido como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco, comprenderán mejor el mérito de esta portada de la Basílica de Santa María esculpida por Borja en Alicante, medio siglo después que la de Nicolau de Bussy, a la que imita.

Fachada de la Basílica de Santa María en Alicante JUAN CARLOS SOLER

No obstante, la originalidad del valenciano estriba en «unos efectos especiales , tal vez únicos en el mundo , creados por un genio de la perspectiva hace ya casi cuatro siglos», en palabras de Biosca.

En cualquier caso, esta contemplación del arte en movimiento -el del espectador- es poco conocido y tan solo en el entorno más cercano a esta plaza lo saben, tal como relata Joaquim Torres , paseante y estudioso de la ciudad de Alicante desde hace cuatro décadas. Es un misterio cómo se ha transmitido esta curiosidad de la visitada basílica desde hace tantos años, porque él no ha encontrado rastro bibliográfico, aparte del articulo de Antoni Biosca.

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