José Font - CUADERNOS DE NAPOLEÓN

El Héroe Echeverría

«Esta vez, sí debemos sentirnos orgullosos de ser españoles, con la cabeza bien alta por Europa y el mundo»

Imagen de Ignacio Echeverría EFE

En la era de las generaciones mejor preparadas de nuestro país, en el tiempo de las juventudes tecnológicas, del Erasmus y los falsos principios cambiantes, donde la cobardía y la deserción campan libremente por las redes sociales tras perfiles falsos atacando al disidente, en la época del bullying, la mediocridad política, el buenismo, lo políticamente correcto y el terrorismo islámico, una gesta como las de los libros de nuestra historia, individual, con nombre y apellidos, nos llega desde Londres conmoviéndonos y obligándonos a parar por un momento , a reflexionar, a examinarnos a nosotros mismos y mantener al menos por un instante, la esperanza de que todo no está perdido aún. El sacrificio de un joven español, de Ignacio Echeverría Miralles de Imperial, para salvar la vida de los demás ante el ataque terrorista, debe ser un hito a recordar siempre, pues el golpe que Ignacio dio a los terroristas, no fue sólo físico y con su monopatín, no, fue también y sobre todo, una advertencia al terrorismo islámico acostumbrado a que los europeos huyamos presos del miedo. Fue un grito alto y claro de dignidad y resistencia , una respuesta contundente para explicarles a los que quieren aniquilarnos, que no podrán con nosotros y que no estamos dispuestos a morir cada semana sin defendernos, sin proteger nuestra civilización y forma de vida occidental.

Poco me parece lo que ha dispuesto la Presidencia del Gobierno para el Héroe Echeverría. La cruz de la Orden del Mérito Civil, es mucho para cualquier ciudadano español, pero no para Ignacio, cuyo ejemplo y grandeza deben ser recompensados por la institución más alta del Estado, La Corona, premiando como antaño, la Nobleza y la Grandeza de Ignacio con un título para que jamás olvidemos nosotros, nuestros hijos y nietos , que en este siglo donde valor, honor, orgullo y principios son palabras carecen de sentido, hubo un español que entregó su vida por los demás.

Mucho, demasiado, se ha hablado de orgullo de ser español por los mundiales de fútbol. Esta vez, sí debemos sentirnos orgullosos de ser españoles, con la cabeza bien alta por Europa y el mundo, pues uno de los nuestros, mientras todos corrían, se dirigió hacia los islamistas para socorrer a una mujer y enfrentarse a ellos. Debemos sentirnos orgullosos también de la familia de Ignacio por su serenidad , templanza y grandeza, incluso siendo tratados de una manera injusta por las autoridades británicas, han sido ejemplares. Quedémonos con las palabras de su hermana: “…algo muy triste, muy duro se está convirtiendo en algo muy bonito y grandioso que nos hace querer más, apreciar más a nuestro hermano, a nuestra familia, a nuestros amigos y a nuestro país”.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación