Guillem Bertomeu - Lletraferit

Oda a la tontería

«Vox ha demostrado que es lo mismo que Podemos, una calcomanía política que cuando rascas se borra»

Una de las personas de más reconocido prestigio que he ido estudiando sobre el managment empresarial, Xavier Marcet , definía muy bien, en uno de sus escritos, lo que era la tontería. Lo rescato porque viene como anillo al dedo en estos tiempos de política vacía, de verborrea líquida y de mociones teatrales que lo único que hacen es unir al rival político, poco más, y que realmente hace que la sociedad civil cada vez en mayor medida nos alejemos de la forma de hacer de la política actual, de sus actores, como responsables, y de sus acólitos, como meros palmeros.

Como decía Marcet , la tontería equivale a humo, a vacuidad, todo lo contrario que la autenticidad. Tontería es palabrería barata, es seguidismo al papanatas, son barreras burocráticas ininteligibles, es el ordeno y mando sin consensos. Es intentar subirse el sueldo en tiempos de quiebra económica. Es proponer modificar la forma de elección del CGPJ y retirarlo semanas después porqué hasta el apuntador te ha advertido de los malos procederes.

Tontería es lanzar tuits a cascoporro, siendo un alto cargo público, recomendando pelis y series con cientos de muertes a diario en tu propio país. El tan manido liderazgo frívolo que más adelante me pararé a detallarlo.

Tontería es vivir una realidad paralela que tiende a la mediocridad cuanto más alejada está de la sociedad real donde se habita. Tontería es vivir sin los pies en el suelo, ese narcisismo tan recalcitrante de algunos de nuestros pseudos líderes políticos que nos han tocado sufrir y que están más preocupados en esconder sus debilidades varias.

Tontería es gesticular más que transformar, esa que habla mucho y no hace nada, la que confunde reuniones, o las tan manidas comisiones de investigación o de trabajo, más que en ofrecer soluciones. Mucha gesticulación y poca gestión . Mucho titular naif y «de forment ni un grà» .

Imagen de Santiago Abascal tomad este jueves en el Congreso REUTERS

Tontería es, y más en estos tiempos de crisis, ofrecer batallas en vez de ideas , crear fracturas y revanchismos en vez de unidad además de derrotas y crispación en vez de un proyecto sólido para la mayoría social. Este ejemplo lo hemos podido saborear perdiendo una semana parlamentaría con una moción de censura sin más apoyos que los que la presentaron. Vox ha demostrado que es lo mismo que Podemos , una calcomanía política que cuando rascas se borra.

Como he comentado unos párrafos más arriba, me quedo también con la definición de Marcet sobre los liderazgos frívolos, que son aquellos que se preocupan especialmente de su repercusión superficial. La de los políticos que no dejan de mirarse su propio ombligo, de los que están por encima del bien y del mal, de los que no bajan al barro. Donde nunca hay criterio, ni les importa, donde hoy digo A y no me cuesta nada desdecirme al día siguiente con B. Donde no hay visión, no hay sentido común que hacen de la gestión política una huida desesperada hacia delante y lo que se prima es tirar balones fuera en todo momento.

Seguiremos siendo optimistas y esperemos encontrar proyectos y personas que aunque les rasquemos sigamos encontrando por lo menos algo de cabeza porque de tontería y de tonterías ya vamos más que sembrados.

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