Servicio vs profesión

Ya van coleteando los últimos días del verano y la gente retorna a sus puestos de trabajo. Se acaba la tranquilidad de la gran ciudad y vuelven los atascos, si alguna vez se fueron , y los problemas de aparcar, más todavía con la eliminación de carriles para ello.

A nivel político se han aprovechado estos meses para armar las diferentes Administraciones. Los gobernantes, me refiero a los que gobiernan, independientemente de si mejoraron resultados o no , han ampliado el número de nóminas a repartir entre los suyos. Ya en esta segunda legislatura se ha olvidado eso de los casos de enchufismo de la derecha, y ni cortos ni perezosos han aumentado el tamaño de la Administración puesta a dedo.

Para esta legislatura han tirado con pólvora de rey y habrá un 34% de altos cargos más y el también sorprendente aumento de asesores de un 57%. ¡Vamos que la vida son cuatro años! Todos con carné de partido. Lo gracioso es que a Ximo Puig , que no le han dolido prendas este festín de puestos laborales, por no decir orgía, ahora quiere llevar al primer pleno del Consell un recorte en el gasto público, cerrando el grifo de aquellas partidas que están sin comprometer.

Entre los enchufados y los recortes ya no sé si nos gobierna el PP o esta sopa de letras progresista. A ver como se lo explican al vecino de cada uno de nosotros. Falacias y política de titular con el único propósito de buscar el acomodo personal, por mucho que nos venda la vocación de servicio. Palabrería de marketing político.

He aprovechado estas semanas para poder departir con amigos que en algún momento han tenido cargos públicos. Algunos de ellos han pasado del Gobierno a la oposición, hablo de política municipal que es la real, por encima de la autonómica o nacional que es más de alfombra y parqué. La situación que describen es cíclica, hablan de cansancio, de no haber sabido explicar bien las cosas y sobretodo, y es el mal endémico en todos los partidos, del supuesto líder que pega la espantada en busca de su acomodo personal.

Los populares también han aprovechado para armar equipos, en su caso es más parecido a una ETT en crisis, intentando salvar un ERE, o por lo menos no llamarlo así, en sus oficinas centrales de Génova y en la Comunitat Valenciana recolocando a los compañeros caídos en los pocos puestos que disponen. Más de lo mismo, mismas caras, mismas familias, caras de derrota, de cansancio y de desasosiego donde se prima más la continuidad y el silencio o en valenciano, la cabotà, mas que la ilusión de la militancia de base que tampoco ha tenido ninguna palabra que decir después de elecciones. Més del mateix…..