Guillem Bertomeu - Lletraferit

PPCV: razón Génova

«Ojalá no dure muchos años el poder ver un congreso interno del PPCV con diferentes candidaturas sólidas, con equipos y con un programa propio»

Imagen tomada este jueves de la presidenta del PPCV, Isabel Bonig ROBER SOLSONA

Después de la salida de pata de banco de Florentino y sus altavoces mediáticos de la M-30 para dentro con el fiasco de la Super Liga de fútbol, estamos sufriendo una sobredosis informativa con la campaña del 4M a la Comunidad de Madrid , en prime time y dirigida a los 47 millones de españoles, bien vivamos en Chamberí, en Mojácar, Lanzarote o Teulada Moraira... Vimos sus datos de audiencia, y su comparativa entre porcentaje de espectadores que decidían entre información política o rosa, y también el CIS donde más de un cuarenta por ciento de propios madrileños les importa bien poco su cita electoral.

Siguen pasando los meses y las últimas semanas se suponen de estado de alarma , ese estado coartante de toda libertad individual, donde ha evidenciado que el ser humano en general, y el español en particular, es adaptable y modelable a las circunstancias imperantes. Con todo lo bueno que ello conlleva y con todo lo malo también.

Cada vez estoy más convencido de que la vida política diaria es una rueda que solo interesa a los que viven de ella, a la militancia convencida y activa, esos que salen en estos nuevos formatos de mítines minimalistas sentados alrededor del líder de turno, y a los medios de comunicación, que retroalimentan tal actualidad con multitud de tertulias y opinadores de todos los colores y sabores.

En la Comunidad Valenciana nos hemos despertado viendo en los medios de comunicación que tenemos los mejores datos de IA, incidencia acumulada para el que no lo sabe a estas alturas, de Europa e incluso mejor que Japón. Eso sí que es estar en la Super Liga, lectores. Poco a poco, vamos abriendo la veda y esta semana que empieza podremos ganar dos horas más de libertad en los comercios y cuatro horas en la hostelería, entre otras medidas aprobadas.

Imagen tomada este jueves de la presidenta del PPCV, Isabel Bonig ROBER SOLSONA

Sin traspasar nuestro cierre perimetral regional, todavía a día de hoy impuesto, por la Comunidad Valenciana ya se ha escuchado que el secretario general de los 'populares', Teodoro García , se reunió con Isabel Bonig para decirle, en resumen, que «gracias por los servicios prestados». Volviendo a la tónica histórica del Partido Popular donde todo se elige y se dirige desde Génova 13.

Bonig, de momento, calla, aunque todo hace vislumbrar que no presentará batalla y, como siempre, argumentará que «por lealtad» al partido. Lejos queda aquel otoño de 2015, donde la propia lideresa de los populares valencianos hablaba de una refundación del PPCV al más puro estilo UPN. La idea le duró hasta que llegó el telefonazo de turno desde la Villa y Corte, lo de siempre.

Seis años de gestión interna trabajados en el lodo y totalmente maniatada. Una legislatura, la 2015-2019, perdida a la hora de realizar la renovación interna de las estructuras locales. Con una gestora en Valencia ciudad y en la provincia. Años después, las estructuras provinciales de Alicante y Castellón se han resuelto con congresos teledirigidos y con otro dedazo en el provincial de Valencia con el señor Mompó , que por lo menos los meses que ya va ostentando el cargo va ganando en soltura.

Ojalá no dure muchos años el poder ver un congreso interno del PPCV con diferentes candidaturas sólidas, con equipos y con un programa propio dirigido a los ciudadanos de la Comunidad Valenciana. Un PPCV donde no se discuta su independencia dentro de un proyecto común; pero, por lo visto, en los próximos meses tendremos más de lo mismo.

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