Facherío de izquierdas

La última de las patochadas vistas y oídas en el Congreso de los Diputados, con de nuevo el vicepresidente Pablo Iglesias como protagonista, fue la de reírse del acento murciano del secretario general del PP, Teodoro García Egea , al que dijo que vocalizara mejor. Patochada, recalco, por no decir otra cosa, desde su superioridad moral progre que parece que los que no salen de la M-30 hablan y vocalizan mejor que los provincianos paletos. Entiendo que la gente de Podemos Murcia , si existen, se sentirían ofendidos.

También veo como el pobre Pablo Iglesias pedirá que le subtitulen las charlotadas de la ministra portavoz, María Jesús «chiqui» Montero , por su más que marcado acento andaluz, o del catalán del ministro Salvador Illa o del valenciano de la Marina del vicepresidente de la Generalitat Rubén Martínez Dalmau , uno de los pocos que hablan valenciano en la versión morada que hay por estos lares.

Este insulto a la pluralidad es una muestra más que recalca que esta ensoñación personalista de este «pseudomesías», llamado Iglesias para más inri, creó un partido a su imagen y semejanza que no es otra de tener una visión estatal desde la óptica madrileña. Podemos ha demostrado ser, en sus pocos años de vida, el partido más centralista de todos los que hay en el arco parlamentario y por eso mismo todas sus confluencias periféricas se van desmoronando poco a poco. Porque no entiende la realidad territorial fuera de la Villa y Corte . Pasó en Andalucía, en Euskadi, Galicia, desapareció en nuestro Cap i Casal y poco a poco irá desolviéndose donde tienen ínfimas representaciones.

Estamos ante un elemento que desconoce la realidad de la calle, más allá la de los argumentarios que le pasen y de sus lecturas y series de televisión. De casa al Ministerio y del Ministerio al Congreso, todo con coche oficial, incluso en sus días de veraneo. Un líder que vive escondido y parapetado por C uerpos y Fuerzas de seguridad del Estado , tiene de todo menos de líder.

Mientras abrimos el curso político expropiando los remanentes de los Ayuntamientos, no sacando adelante la comisión de investigación de los morados, pero sí resucitando una de los populares, hablando de eutanasia y recuperando el discurso de Francisco Franco con la intención de ilegalizar su Fundación.

Mientras la España real, y por ende también la Comunitat Valenciana, sigue sangrando. La hostelería sale a la calle con un grito desesperado de auxilio y pidiendo un rescate. La campaña turística también está en la UCI, Benidorm ha publicado datos de ocupación que no han llegado ni al 30%. Tenemos un 47% de paro juvenil y la Federación de Comerciantes habla del cierre de persiana de hasta un 25% de pymes en los próximos meses. Menos ficción y más realidad señores del Gobierno .

Un detalle en vez de subir impuestos sería recortar gastos, revisar el Capítulo 1, por favor.