Cerrando este año

Desde pequeño soy de las personas que pienso que las adversidades inspiran, te modelan y como me decía mi madre “te forjan el carácter” . Estamos a las puertas de cerrar un año histórico, totalmente desgraciado donde brindaremos por no volverlo a ver, pero que nos ha marcado ya de por vida.

Hemos oído mucha palabrería papanata al respecto del coronavirus y de las medidas, han cacareado políticos haciendo declaraciones desde su poltrona durante horas, no diciendo nada, pero de una manera calculada. Esta nueva forma de oratoria política de corta y pega.

Hemos valorado y reconocido al que de normal nunca se le reconoce, al que pasa desapercibido pero está allí siempre, invisible y mudo, fuera de los focos del protagonismo. El tiempo dirá, aunque ya todo apunta que sí, que está actitud solo ha durado un abrir y cerrar de ojos. Somos solidarios, me refiero a la masa, a todos nosotros, en tiempos, fechas y acciones concretas . Solo nos movemos de manera conjunta si los mass media o las redes sociales nos invaden con claims que guíen nuestros comportamientos.

Hemos escuchado mucha mercadotecnia, juntos salimos más fuertes, nadie se queda atrás, toda ella regada con millones y millones del erario público. Tampoco me he podido explicar a dónde “salíamos” y cuando denotaban que tal campaña era incorrecta la cambiaban por otra sin ningún tipo de autocrítica .

Con los años uno, todos diría yo, sentimos cómo nos hacemos mayores y pasamos a ser más reflexivos que pasionales. Personalmente ya huyo de extravagancias y manifestaciones demagógicas, agotan las moralinas emocionales , y en este año que ya se acerca a su fin nos han dado más de dos tazas por desgracia.

Soy, y cada vez más, un arduo defensor de la objetividad, de ver las cosas con diferentes prismas, nunca el de la verdad absoluta. Cada vez creo menos, no sé si alguna vez he creído en ellos, en aquellos que hablan dictando sentencia. Creo en la reflexión, cada vez más en la educación y el respeto. Por eso, y creo que los ciudadanos demandamos, sobre todo a las Administraciones Públicas, que se nos hable como personas adultas ¿Es mucho pedir?

Responsabilidad, es otra de las magnas palabras de nuestro diccionario, una cualidad que se nos debe de otorgar a toda persona de bien y que nos debe guiar en nuestros cometidos. Disfrutemos, responsablemente, nunca mejor dicho, de estas fechas navideñas . Disfrutemos tanto del silencio, como de las buenas conversaciones y de los pequeños placeres sencillos de cada uno y sobre todo detengámonos un segundo para pensar en nuestros mejores deseos para 2021, que ya vendremos aprendidos de casa. ¡Felicidades queridos lectores!