Guillem Bertomeu - Lletraferit

El camarote del tripartito valenciano

«Esta nueva forma de hacer política hace que la bronca después se traslade a las redes sociales»

Podríamos decir que da igual cuando leas el título de esta columna, e incluso también que da lo mismo para qué Administración lo apliques. Llámalo Botànic, llámalo Rialto. Que la alianza de PSPV, Compromís y Podem , allá donde sobreviven los morados, es por pura necesidad es evidente. Que no se pueden ni ver, también.

En esta misma semana, da igual qué semana sea, hemos tenido bronca en el Botànic por los presupuestos, salida de pata de los socios minoritarios con una nueva Tasa Turística, corrección del president. Por su parte hemos tenido bronca en el Rialto, pero ahora cambiando los papeles, es el PSPV quien propone peatonalizar gran parte de la Avenida Ausiàs March y es Compromís de boca del propio alcalde quien dice que no es el momento.

Esta nueva forma de hacer política hace que la bronca después se traslade a las redes sociales, bien desde perfiles de partido, militantes o diferentes cargos públicos.

Esta nueva forma de hacer política es la que propone una subida del SMI, en un momento de débil recuperación económica , con los empresarios en contra, que en definitiva son los que tienen que crear empleo. Son los que proponen una tasa turística con las empresas de turismo en contra, como es la patronal hotelera Hosbec . Se gobierna a golpe de titular fácil, o se crea tensión política para tomar posiciones a la hora de repartir la tarta del presupuesto de la Generalitat.

Recordemos que la Conselleria de Vivienda, que ocupa rango de vicepresidencia, antes de 2015 era tan solo una Dirección General, ahora hay más de 23 cargos puestos a dedo de partido. Necesidad política estimados lectores . En la Vicepresidencia primera, la de Mónica Oltra , hay 34 cargos a dedo y en el Palau de la Generalitat 63. Dejaremos de contar, pero no hemos visto ni a esta ni a ninguna Administración pública ajustarse el cinturón en estos cerca de veinte meses desde el inicio de la pandemia.

Ya con la obsesión que se tienen entre ellos, principalmente socialistas y Compromís, llegan a analizar cómo tratan sus disputas políticas en la televisión pública de À Punt . Si se les ha dado derecho de réplica, de respuesta, si la imagen es enlatada… Ni en las peores convivencias. Estamos en tiempos de la política “cuqui”, del postureo, del selfi, del tuit fácil como justificante de su trabajo y de su puesto, en definitiva de poco de serio y sólido y de mucho de ocurrencias naif.

Ahora encima ya nos toca confundir cuando se está haciendo política de gestión o cuando se está haciendo electoralismo puro y duro . Un tripartito de izquierdas tiene otro problema y es que los trozos de su pastel de votantes también se reparte entre tres y el que se quede despistado tiene el riesgo de no llegar al 5%.

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