Grandes eventos

Este domingo tiene lugar en Valencia uno de los grandes eventos deportivos más grandes ( perdón por el trabalenguas ) de los últimos años. Se trata de la carrera final de Moto GP. Lorenzo y Rosi se juegan el mundial con Márquez como tercer protagonista. No hay entradas. La carrera está rodeada de tal tensión, que hay incluso quien teme que pueda haber algún incidente. No hay plazas de hotel disponibles para el fin de semana. Y me cuentan que algunos afortunados que han logrado las últimas plazas hoteleras en la ciudad las han pagado a 700 euros, incluso algo más, la noche. Sin duda, un gran evento.

Justo una semana más tarde, Valencia será sede de otro gran evento deportivo que, de nuevo, vuelve a ser más grande todavía. Es la maratón de Valencia que, ahora, ha sido destacada como la mejor de España. El año pasado fueron más de 13.000 participantes que corrieron 42 kilómetros. Para que se hagan una idea del interés, para darse esa paliza hay que pagar un mínimo de 40 y un máximo de 90 euros de inscripción. Casi nada. Otro gran evento.

Nadie, absolutamente nadie, discute en esta ciudad que estamos ante dos grandes eventos del máximo nivel. Todos, si todos, estamos orgullosos de que nuestra ciudad –nuestra provincia- albergue semejantes eventos deportivos.

Lo digo porque me da la sensación de que en esta tierra hemos conseguido asociar el concepto gran evento con valores siempre negativos. Y, me van a permitir, yo me niego.

Estos dos eventos son excepcionalmente buenos para Valencia. Nos colocan en el mapa, atraen inversiones, turismo y provocan ingresos en su entorno una riqueza muy superior al coste de su organización, cánones incluidos.

Pero les voy a decir una cosa. Si la maratón de Valencia es la mejor de España no es por casualidad . Y, sobre todo, no lo fue a capón, el día de su puesta en marcha. Se ha logrado con el esfuerzo de muchos, la inversión de todos y con el tiempo, que coloca las cosas en su sitio. Y si el gran premio de Cheste tiene el interés que tiene es gracias a cosas parecidas.

Sin duda los grandes eventos son buenos . Hay que desarrollarlos con tiempo, con transparencia, con inversión (también pública, si) y lograr el objetivo, que no es otro que la generación de riqueza. De eso van, de eso deben ir, los grandes eventos.