DEPORTE FEMENINO

Gemma Gili: Raíces en un fútbol con estilo

La castellonense, jugadora del Barcelona, acumula un recorrido creciente y con éxito, al tiempo que aplaude los avances en el fútbol femenino español

Gemma Gili posa para ABC sobre el césped de la ciudad deportiva Joan Gamper PEP DALMAU

RAÚL COSÍN

Echó raíces pronto en el fútbol . Un arraigo firme, robusto y apasionado. Un terremoto de niña que comenzó a dar su primeros balonazos con cuatro años y que el tiempo con su deporte, al que abraza y en el que se sigue curtiendo, le ha acercado hacia una visión más reposada y analítica, pero siempre competitiva. Lo suyo es la orquestación de lo que pasa sobre el verde. Mover el balón con tacto y marcando un rumbo. Poner el foco ofensivo. Y en eso, Gemma Gili Giner (Castellón, 21/5/1994) encontró su espacio en el fútbol combinativo del Barcelona . Allí cumple su cuarta temporada con retos como revalidar el título de Liga , echar el pulso final por la Copa de la Reina o sacar músculo en la Champions .

Reclamó el balón a los cuatro años . Su hermano, con siete, ingresó en la escuela del San Pedro y Gemma no resistió a querer imitarlo. «De pequeña no podía parar quieta. Primero empecé sólo a entrenar. Un año después, ya empecé a jugar en competición con chicos. A los ocho años me fui al Castellón . Estuve en mixto hasta los doce. Entonces, pasé al equipo de chicas. Fue raro porque eran mucho más mayores que yo, pero no me costó adaptarme», cuenta.

Ese recuerdo le lleva a un reflexión hacia al ahora cuando se han ido dando pasos por el fútbol femenino: «A día de hoy, la visión del fútbol formativo femenino es diferente a cuando empecé. Entonces, los equipos de niñas eran mínimos. Ahora, ves un montón de clubes que tienen equipo de niñas y que hacen por formarlas . Veo que hay muchos equipos en los que se trabaja muy bien».

Dio luego un paso más adelante. Un cambio importante fichando por el Levante . «Como siempre seguía disfrutando, pero ya empecé a conocer el jugar sólo con chicas, en fútbol once, a entrar en la selección valenciana... Cosas que no me hubiera imaginado hasta entonces. Pero todo debo agradecérselo a mis padres, que siempre me han apoyado y en ese momento, de hecho, empezaron a hacer el esfuerzo de llevarme a Valencia cada día», recuerda.

La siguiente etapa fue en el Valencia. Cinco campañas estuvo . Llegó en la raíz del Colegio Alemán, luego VCF Femenino . Pero antes de su eclosión. Entonces la lucha era por ascender categorías. Ella ya destacaba. Tenía algo especial. Pero ese fogueo en el recorrido de la promoción de categorías y luego ya en la dureza por no descender de máxima categoría le fue de una experiencia vital: «Aprendí muchísimo allí. De las compañeras, de los entrenadores. Fueses quien fueses si te tenían que sentar en el banquillo te sentaban. Esa etapa, donde siempre me trataron genial, me ayudó a crecer mucho. Cuando se dio la oportunidad de venirme al Barcelona fue una decisión dura, meditada, pero alcanzaba un sueño ».

Rumbo al éxito

Al Barça llegó a los 18 años. Convergieron el hecho mismo de jugar en el club que soñaba y poder estudiar Arquitectura en la universidad que deseaba. «El primer año fue muy complicado en ese intento por llegar a un sitio nuevo, intentar hacerte un hueco en el equipo donde había tanta gente buena y compaginar los estudios. Pero esa etapa me enseñó a organizarme mejor para el futuro», explica Gemma, al tiempo que recuerda la Liga conquistada esa misma campaña en San Mamés ante 30.000 personas . «Fue una sensación indescriptible», significa.

Se siente totalmente identificada con el estilo futbolístico del toque combinativo del Barça. «Me gusta mucho el fútbol. Y me gusta ver mucho fútbol. Recuerdo fines de semanas enteros de estar en el sillón de casa con mi padre y mi hermano viendo partidos», confiesa. «Tengo mi manera de ver fútbol y entenderlo y encaja con el Barça» . Y los objetivos son claros: revalidar la Liga, buscar la Copa y progresar aún más en Champions -les espera el PSG en cuartos de final-.

No tiene planes de cambios. Ni acude a la necesidad de buscar retos en otras ligas, si bien le parece llamativa la inglesa: «Si el fútbol femenino sigue creciendo en España como está haciendo, no tengo idea de buscar retos fuera, sino de seguir disfrutando aquí» .

Y en su mochila vital va acumulando experiencia y enseñanzas del fútbol. «Siempre ha sido una vía de escape que también te ayuda a crecer. Me ha dado el valorar mucho el trabajo colectivo, el sacrificio por las compañeras… Ojalá pudiese devolverle un poquito de todo lo que me está dando» , subraya.

Con sólo 21 años, no pierde el hambre y las ganas pese a estar en un equipo acostumbrado a ganar. Las nuevas jugadoras llegadas esta temporada avivan el ambiente . Y todas quieren más. Guarda Gemma algunos momentos inolvidables en su diario: «El primer y el segundo campeonatos de Europa ganados con la selección (sub’17) y, con el Barcelona, la Liga ganada al Athletic en San Mamés, remontando doce puntos en una vuelta cuando nadie creía en nosotras. También hay una cicatriz. Una que revisa de vez en cuando para mantener los pies en la tierra: «La final del Europeo sub’17 contra Alemania. Perdimos 7-0. Fue durísimo. Un golpe fuerte. Pero aprendí a ver de otra forma la derrota».

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