Vicente Ordaz - EL FARO
¡De fútbol ni idea, pero qué discurso!
«Lo que de verdad es para echar a correr es que Anil Murthy no sepa de empresa»
La frase que da título a este artículo es de un genio, Alfredo di Stéfano. La pronunció después de escuchar una de esas disertaciones marca de la casa de Jorge Valdano en las que podía terminar relacionando la trashumancia con algún concepto defensivo , lo clavó. Muchos años después, ves actuar y escuchas a Anil Murthy y te das cuenta que la frase de Don Alfredo le va como anillo al dedo. Según la web oficial del Valencia C.F este es el actual presidente y hombre fuerte del club: “Anil Murthy ha ejercido de diplomático con el Ministerio de Asuntos Exteriores de Singapur, especializado en asuntos europeos antes de incorporarse en el Valencia Club de Fútbol. Fue Jefe Adjunto de la Misión en París y al mismo tiempo Delegado Permanente de UNESCO durante 4 años. El Sr. Murthy tiene casi 16 años de experiencia en el gobierno de Singapur, aconsejando a ministros sobre las políticas públicas en campos como el comercio, la cultura y la diplomacia. Murthy se licenció en París con un Diploma en Ingeniería eléctrica y mecánica y tiene un MBA de INSEAD Business School”. Ahí termina su ficha de presentación. Curriculum extraordinario, sin duda, exquisitas formas y amable discurso, pero de fútbol lo justo, o menos ¿Es el perfil idóneo para dirigir una empresa tan particular como es un equipo de fútbol? Los resultados y el futuro nos darán la respuesta.
Murthy, es oficialmente presidente desde el 1 de julio. Su primera decisión ha tenido poco que ver con lo futbolístico, destituir al Director Comercial y de Marketing, Damiá Vidagany . Su nombre no les dirá mucho, no juega de mediocentro, ni fichó procedente del Milán, pero en la estructura del club era tan importante como el que chuta las faltas. Es entre otras cosas, el único que en cuatro años ha traído un sponsor para la camiseta. Antes que él, pasaron por ese cargo gurús del marketing con hoja de servicios tan vistosa en el papel como la de Murthy y pedigrí futbolero de relumbrón. Llevaban el sello y la garantía del dueño del club. Cobraron sueldos millonarios y se fueron como vinieron, encantados de haberse conocido y sin haber dejado ni un “clavel” en la caja. Desprenderse de Vidagany, te enseña el modelo de club que Lim quiere implantar y que navega hasta hoy de fracaso en fracaso deportivo. Sin gente de casa y con un escaparate aparente, aunque sea a costa de “reventar” la sala de máquinas. Me preocupa como valencianista que Murthy no tenga ni idea de fútbol, pero lo que de verdad es para echar a correr es que no sepa de empresa. Quizá en el mundo de la diplomacia o en la UNESCO echar al que trae el dinero sea una decisión menor, pero en un club de fútbol, habría que pensarlo dos veces. Eso dando por supuesto que el Valencia le importe, que visto lo visto, quizá sea mucho suponer. Así nos va…