Francesc Nogales - Píldoras de educación

¿Los profes tienen muchas vacaciones?

«Hoy muchos maestros seguirán abriendo las puertas de sus clases, estarán ahora decidiendo las lecturas que los niños realizarán en abril del 2023»

Los profesores tienen muchas vacaciones en comparación con el resto de la sociedad, eso es un hecho y no es cuestionable. Podemos argumentar que los niños se van y nosotros seguimos en el cole, que debemos preparar el curso que viene, que debemos organizar muchas cosas y que tenemos una cantidad de papeleo burocrático inhumano. Es cierto, y también es cierto que tenemos más vacaciones que la mayoría de personas.

Pero… ¿cuál es el problema? El problema no es que los docentes tengan muchas, el problema real es que el resto de la sociedad tiene pocas . Una familia con hijos debería tener más vacaciones para poder conciliar sin necesidad de dejar a los niños con abuelos o con desconocidos. No es que yo tenga muchas, es que tú deberías de tener las mismas que yo. Ahora que hace falta generar empleo quién sabe si podría ser una posible solución aumentar los períodos vacacionales.

Al final debemos basarnos en los hechos y los datos. La Ley 7/2007, de 12 de abril, del Estatuto Básico del Empleado Público, en su artículo 50, determina que todos los funcionarios tienen 21 días hábiles de vacaciones, y los maestros únicamente los tienen en agosto. Cuando acaba el curso los maestros siguen acudiendo al centro para organizar recursos, clases, y realizar trámites de la Administración Pública. ¿Y qué sucede en julio? En julio los docentes están obligados a estar «localizados» y acudir en caso de que esa Administración pública nos lo pida. Eso se traduce en asistir a reuniones, realizar gestiones como gestión de becas, admisión de los alumnos que entran nuevos, y una ingente cantidad de papeleo administrativo. También hay docentes que forman parte de los tribunales de oposiciones y durante julio se dedican a esas labores.

Esto ocurre también en la escuela concertada , aunque para garantizar la igualdad con los docentes de la pública (los cuales a partir del 1 de julio no están obligados a ir todos los días a la escuela sino cuando se les requiere) se decidió ponerlo por escrito en el VII Convenio de la Enseñanza Concertada, concretamente en el artículo 35, que establece que hay un mes adicional, sin actividad del personal docente, retribuido y disfrutado de forma consecutiva al mes de vacaciones entre el 1 de julio y el 31 de agosto.

Queda por tanto determinado que legalmente los docentes disfrutan de dos meses de periodo «sin actividad» pero no por ello sin carga laboral. Esto no se aplica a los equipos directivos, pero sí al personal docente que no forma parte de la dirección. Durante los meses de julio y agosto los docentes deberán preparar las sesiones, organizar qué van a realizar en las clases cada semana para que en el próximo junio se hayan impartido todos los aprendizajes programados. Deberán actualizarse para ejecutar la nueva LOMLOE , y puede que incluso preparen proyectos interdisciplinares, juegos de aula y actividades muy concretas para ejecutar varios meses después.

Es evidente que la carga laboral es mucho menor , que preparar y decorar clases es más liviano que la labor que se realiza el resto de meses, y nadie puede negar que al ser un trabajo autogestionado por el propio docente no conlleva unos niveles de estrés como otros oficios. De hecho la mayoría de esas labores se realiza en el hogar y sin necesidad de desplazarse al centro educativo, aunque por norma general los docentes siguen acudiendo al colegio hasta la primera o segunda semana de julio.

Hoy muchos maestros seguirán abriendo las puertas de sus clases, estarán ahora decidiendo las lecturas que los niños realizarán en abril del 2023 e incluso estarán debatiendo si empezar a explicar la división en diciembre o dejarlo para enero. Es cierto que los maestros disfrutan de vacaciones en Navidad, en Pascua y en verano, mientras el resto de los mortales reparte 21 días hábiles entre esos mismos períodos, y es cierto que no es justo, que lo justo sería que hubiese mejor conciliación familiar , y eso no implica más horas en los coles, más conciliación familiar son más horas de los padres en casa durante la Navidad, en Pascua y por supuesto en verano. Veremos si seguimos avanzando como una sociedad moderna y logramos que el trabajo de otros sectores laborales también se libere de carga y se permita que los adultos puedan dedicar más tiempo a sus hijos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación