Francesc Nogales - Píldoras de educación
¿Abandonamos el barco? ¡No!, sigamos a pie de aula
La tasa de abandono educativo en España es del 16% en jóvenes de 18 a 24 años, por encima del 11,8% de la media europea
Me imagino a los dos violinistas de la orquesta del Titanic , hablando entre ellos «Fred, ¿seguimos tocando?», pregunta Taylor recibiendo su respuesta «¡Sí! Sigue tocando». Necesitamos jóvenes con esa capacidad de entrega, de resiliencia, de amor a lo que hacen. ¿Estamos dispuestos a NO abandonar el barco de la educación? Hablemos de abandono educativo.
Se consideran casos de abandono educativo los alumnos de entre 18 y 24 años que no ha completado una educación secundaria de segunda etapa. No estamos hablando de alumnos que suspenden Secundaria, o los que empiezan una titulación universitaria y no la finalizan porque empiezan a trabajar, sino de personas adultas que tras sus estudios obligatorios han decidido no seguir formándose por ninguno de los caminos que hay, o no los han completado (sea FP, Bachillerato o la opción correspondiente). Es decir, que han abandonado el barco de la educación saltando a un océano de incertidumbre.
Según los datos de la población activa de 2021, la tasa de abandono educativo es del 16% en jóvenes de 18 a 24 años . Son personas que ni estudian ni trabajan ni se forman en nada. El dato no es positivo, debemos asumir que en Europa la tasa de abandono es muy inferior (11,8%), esa cifra es casi la misma que si en España sólo nos fijásemos en las mujeres.
Es triste ver que los hombres ofrecen una tasa de abandono escolar del 20% (el doble que las féminas). Ojalá cuando hablemos de igualdad (evidentemente es necesario hacerlo) hablemos también de igualdad en este sentido, y pongamos soluciones para que los hombres no abandonen el barco educativo en la forma que sucede. Llama la atención, por ejemplo, cómo en la República Checa o Eslovaquia las tasas de abandono actuales entre hombres y mujeres son prácticamente iguales.
¿Siempre ha sido así? En absoluto, aunque somos uno de los países de la Unión Europea con mayor tasa de abandono educativo debemos reconocer que algo bien se debe estar haciendo. Entre el año 2000 y el 2010 la tasa de abandono no bajaba del 27-30%. Eran años de bonanza, de trabajo en la construcción y años en los que parece que era más rentable trabajar que estudiar . Desde 2010 esa estadística ha ido siempre en descenso y en casi todas las comunidades autónomas ha bajado cerca de 10 puntos.
Si analizamos lo que sucedía hace 20 años vemos que el País Vasco tenía la menor tasa de abandono educativo con un 13,1% y Baleares la mayor con un 40%. En la actualidad, años 2022, País Vasco sigue siendo la mejor comunidad en ese sentido con un 6,5% y Baleares la cuarta peor con un 21,3%. En ambos casos se ha reducido casi a la mitad.
¿Qué ha pasado para que baje la tasa de abandono educativo? Es algo que se debe analizar, pero tengo la sensación de que las medidas no han sido personalizadas para cada comunidad autónoma, ya que los resultados son muy homogéneos en distintos territorios. Es evidente que la crisis económica desde 2008 y la pandemia actual del 2020 han influido en hacer que los alumnos sigan estudiando, pero quizás sería interesante saber qué sucede en comunidades como País Vasco, Asturias, Cantabria y Madrid para plantearnos si podemos aplicarlo en Andalucía, Ceuta y Melilla o Baleares , donde la tasa de abandono educativo sigue siendo un problema estructural. ¿Por qué desde hace más de 20 años la tasa de abandono educativo en el País Vasco es muchísimo menos que en la media nacional? Tenemos distintas velocidades en este sentido, y debemos reflexionar sobre ello para lograr que las fortalezas de un territorio en el norte no sean eternamente las debilidades del sur.
Seamos como la Wallace Hartley Band , no abandonemos el barco, y no dejemos que nuestros jóvenes violinistas de 18 a 24 años sientan miedo y se bajen. La educación es la única apuesta en la que siempre se gana y en la que no hay naufragio posible. Seamos Fred Clark y animemos a los jóvenes a seguir tocando la música de la educación en la nueva obra musical llamada LOMLOE.