Francesc Nogales - Píldoras de educación
Enmarquemos las competencias profesionales docentes
«Es posible alcanzarlo, pero para ello debemos apostar por un consenso, no sólo de los políticos, sino también de los docentes»
No todas las obras de arte necesitan marcos, pero un buen marco sí debe contener una obra acorde a lo que se enmarca. Desde hace unos meses se habla del «Marco de las competencias profesionales docentes» y como buen marco debemos analizar qué obra de arte queremos enmarcar ahí.
En el documento que maneja el Ministerio de Educación, con Pilar Alegría defendiendo para bien esas propuestas, podemos sacar algunas ideas importantes:
· Ese marco se define en áreas, las cuales agruparán diversas competencias atendiendo a criterios explícitos.
· Las competencias profesionales, definidas como conocimientos, destrezas y actitudes que debe poseer el docente.
· Niveles de desarrollo competencial, el cual es un aspecto muy interesante, ya que debemos establecer los mínimos que debe poseer el docente, pero también contemplar su evolución y desarrollo en la adquisición y mejora de nuevas competencias.
· Finalmente se contemplan los descriptores, que servirían para identificar en qué nivel nos encontramos cada uno.
Hasta ahí es lo que podemos leer en la propuesta ministerial, pero hoy vamos a ir un poco más allá en la definición de ese marco competencial del docente. ¿Cuáles deberían de ser esas competencias? Las primeras y más evidentes deberían ser las competencias como educador, es decir, sus habilidades para generar el proceso de enseñanza – aprendizaje . En ese sentido habrían diversos descriptores como el desarrollo de las programaciones y la evaluación, el conocimiento y empleo de diversas metodologías y didácticas específicas, la acción tutorial y la atención a la diversidad, y por supuesto el uso de materiales didácticos y gestión de los recursos del aula.
La competencia profesional del docente no se puede limitar al aula, sino que un buen profesor debe trabajar coordinado con el centro educativo, y esta competencia organizativa debería formar parte de ese marco. Como descriptores se deberían tener en cuenta las habilidades para planificar los procesos de su práctica educativa, el conocimiento de la normativa, la gestión administrativa y de calidad del centro, la cooperación y distribución de responsabilidades entre los miembros del centro y la elaboración de estrategias eficaces para ello.
Otra de las competencias profesionales necesarias es la competencia como referente para la comunidad educativa , y en este sentido veo necesario establecer descriptores como la gestión emocional, poseer habilidades relacionales, personales y sociales adecuadas, reconociendo tanto las debilidades como fortalezas propias. Además, otro descriptor debe ser la promoción de valores sociales y de convivencia escolar y social. Finalmente se deben poseer habilidades para la resolución de conflictos y la mediación. Dentro de este aspecto podríamos añadir descriptores en la competencia comunicativa, ya que un docente debe poseer códigos verbales y no verbales para saber transmitir el conocimiento y gestionar a su vez las relaciones humanas.
Este futuro marco de las competencias profesionales del docente debe afrontar también la competencia investigadora y de innovación , y es que es necesario que los docentes se sigan formando y estén en constante innovación (bien entendida), para ello se deben valorar como descriptores la autoevaluación diagnóstica de la propia práctica educativa, la participación en investigaciones educativas para la mejora de su praxis, la formación permanente útil y aplicada posteriormente en la realidad del aula y también la realización y ejecución de propuestas innovadoras válidas y académicamente correctas.
Aunque parece una obviedad otra competencia necesaria en este marco debería ser la competencia en el conocimiento de la propia materia , cuyos descriptores podrían ser el conocimiento del área y materiales actuales, y la actualización respecto al conocimiento existente. Sabemos que ciertas reglas ortográficas evolucionan, conocimientos científicos, etc. Y necesitamos que el docente sea competente en esa evolución.
Uno de los aspectos que la pandemia ha sacado a relucir estos dos años ha sido la competencia digital de los docentes, y es un aspecto fundamental a contemplar en ese marco de referencia. Incluso el Ministerio ya contempla la creación de un Marco de Competencia Digital Docente en su propuesta número 10, y que a su vez se integraría en el marco general de la competencia profesional docente. ¿Qué descriptores se deberían abordar aquí? Por un lado debemos valorar el conocimiento del software, aunque contemplando que ese es un factor que evoluciona con gran rapidez. Otro descriptor es el conocimiento de los dispositivos, aunque nos enfrentamos a la misma dificultad, que no es otra que la gran variedad de ellos. Un tercer descriptor serían las herramientas institucionales aunque de nuevo descubrimos que cada comunidad autónoma utiliza unas herramientas diferentes. Finalmente el descriptor más importante en mi opinión debe ser el uso que realiza el docente de esos recursos digitales.
Y si pensabas que ya está todo resuelto nos queda un último aspecto para la reflexión, ¿cómo se establecen esos niveles de desarrollo competencial? Creo que una estrategia para determinar esos niveles, y permitir un crecimiento competencial a lo largo del tiempo por parte del docente es que cada descriptor contenga cuatro niveles de adquisición, como si de una rúbrica se tratase. El primer nivel es el inicial, en el que poseemos unas competencias básicas que nos permiten iniciarnos en esa tarea educativa. El segundo nivel debería ser el intermedio, en el que ya vamos perfeccionando esas habilidades. El tercer nivel debería ser el avanzado, para docentes con grandes habilidades y finalmente el nivel experto, que contemplaría a esos docentes que pueden y deben ayudar a otros a llegar a ese crecimiento en el marco de las competencias profesionales docentes.
¿Logrará el Ministerio de Educación dar forma a ese marco? Yo creo que es posible alcanzarlo, pero para ello debemos apostar por un consenso, no sólo de los políticos, sino también de los docentes.
*Francesc Vicent Nogales Sancho fue considerado el Mejor docente de España en Primaria por los Premios Educa Abanca 2021