Francesc Nogales - Píldoras de educación

Bofetadas a la educación

«Necesitamos como docentes escuchar más a los demás agentes educativos y monopolizar menos nuestros diálogos»

Imagen de archivo de una aula de un colegio JAIME GARCÍA

Hace unos días el Gobierno aprobaba el nuevo decreto para Secundaria y aparecían sendas críticas comentando que se abandonan algunos contenidos académicos y que se debe tratar las matemáticas desde una perspectiva emocional y de respeto , por poner algunos ejemplos de críticas leídas en medios de comunicación y especialmente en redes sociales.

Mientras tanto llevamos unos días leyendo noticias sobre agresiones a docentes, hace poco más de un mes en Bétera , y esta misma semana a Antonio Pérez, docente reconocido en el campo educativo, que trabaja en Cádiz.

¿Qué dicen los datos? Es difícil encontrar estadísticas sobre las agresiones que sufren los docentes . Según el plan de prevención de la violencia de la Generalitat Valenciana el curso pasado se produjeron 400 agresiones a docentes en la Comunidad Valenciana, un dato que sorprende en negativo.

Según el último informe del servicio del Defensor del Profesor de la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) el curso pasado aumentaron las agresiones en un 23 % en todo el territorio nacional, registrando 1960 casos de agresiones a docentes.

¿Qué lleva a un alumno o familiar a agredir a un docente? Debemos hacer una reflexión profunda sobre ello. Cada situación es diferente, y en ocasiones puede que las agresiones anónimas (como daños en un vehículo) no provengan sólo de alumnos o familias, se han producido casos de agresiones de los propios compañeros de profesión, y hay que reconocer que redes como Twitter son ejemplo de agresiones verbales por parte de algunos docentes hacia sus compañeros de profesión. No obstante en la mayoría de casos son alumnos y/o familiares los que las generan.

El camino para evitar insultos , agresiones físicas, daños en vehículos y cosas similares no se logra decretando por ley un mayor reconocimiento del docente. En Valencia se nos reconoce como agente público y eso no evitó la agresión al profesor Miguel Álvarez en Bétera. Hay personas que se enfrentan a la policía sin ningún pudor, y si las fuerzas del orden ven cómo jóvenes se encaran a ellos ¿creemos que un profesor va a poder tener mejor reconocimiento por decreto ley?

El afecto, el respeto y el reconocimiento es un aspecto que ganamos en el cuerpo a cuerpo, en el trato al alumnado, y a las familias. Mediante la acción tutorial, mediante la comunicación fluida y bidireccional con estudiantes y padres, lograremos mejorar esta situación. Necesitamos como docentes escuchar más a los demás agentes educativos y monopolizar menos nuestros diálogos. Sé que esa no es la varita mágica, Antonio lo hace y aún así ha sufrido daños en su coche, pero ese es el primer paso, el diálogo abierto y respetuoso . El segundo paso es precisamente trabajar esa educación emocional desde las aulas, y desde una perspectiva multidisciplinar y vivencial.

No podemos normalizar que Will Smith agreda en público a una persona, no podemos dar el ejemplo de que eso es válido por mucho que nos apiademos de su esposa y unos chistes sin gracia. Nuestros alumnos deben aprender que no es correcto, que hay consecuencias, y que la agresión es sancionable en cualquiera de sus diferentes formas poliédricas. Pero de igual manera tampoco los docentes pueden ni deben agredir verbalmente a otros docentes en redes sociales, ya que el ejemplo que ofrecen a los alumnos no es adecuado.

Ojalá dentro de unos pocos años esto forme parte del olvido y no nos parezca tan agravante que hablar de emociones y matemáticas sea necesario, porque la empatía siempre multiplica y la agresión sólo genera números rojos.

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