Juicio

Los forenses discrepan sobre la hora del crimen de la viuda de la CAM

Los médicos de la acusación alargan la agonía posible hasta 45 minutos y los de la defensa sostienen que una hemorragia causó la muerte rápidamente

El único acusado del crimen, en una sesión del juicio JUAN CARLOS SOLER

ABC

María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala, pudo desangrarse durante cerca de 45 minutos debido a un shock hemorrágico hipovolémico, según ha declarado este martes la forense del Instituto de Medicina Legal de Alicante, Noemí Prado, en el juicio contra Miguel López, acusado de ser autor material de los dos disparos que acabaron con la vida de su suegra en el lavadero de Novocar, el 9 de diciembre de 2016.

No obstante, tanto ella como otros dos más, -el tercero, de la acusación particular-, sostienen que no es posible establecer con "rigor científico" el tiempo en el que María del Carmen tardó en morir. Para los forenses de la acusación los disparos se pudieron haber producido sobre las 18.30 horas.

Sin embargo, los forenses de la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid César Borobia y Bolivar Germán, aportados por la defensa del acusado, sostienen que María del Carmen Martínez murió asfixiada por su propio sangrado masivo y que tardó en mori r entre 5 y 10 minutos después de recibir los disparos. Esta tesis exculparía a López del crimen porque las pruebas fotográficas establecen que dejó el concesionario a las 18.38 horas y los peritos establecen los disparos a las 18.55.

Asimismo, los forenses del Instituto de Alicante, que han elaborado el informe de la autopsia, han descartado que la muerte de la víctima fuera por asfixia y aseguran que no se puede calcular el tiempo exacto que tardó en morir. Por el contrario, para los peritos de la defensa "el relato temporal de los hechos" sí pueden establecerlo.

Noemí Prado ha descrito que María del Carmen Martínez recibió dos disparos por arma de fuego en la cara, uno a corta distancia entre 30 y 70 centímetros y un segundo a quemarropa, que produjeron cuatro orificios dos de entrada y salida. Además, se encontró una hemorragia orbitaria y una quemadura en la muñeca.

La forense ha indicado que plantearon como hipótesis para avalar la lentitud con la que se produjo la hemorragia, que se trataba de "una persona de edad que había recibido dos disparos en la cabeza y que se ha bajado del coche y se había mantenido apoyada en el vehículo un tiempo", una acción que no se puede hacer "rápidamente". También tienen en cuenta que cuando llega la atención de urgencias, la mujer "estaba consciente y agitada" y sostiene que aspiró sangre, "pero no la suficiente para para provocar una asfixia".

Sin embargo, a preguntas de la defensa, Noemí Prado ha admitido que el balbuceo de la víctima, apuntado por los testigos, pudiera haber sido signo de "estar dando bocanadas".

Por su parte, Fernando Verdú, catedrático de Medicina Legal de la Universitat de València aportado por la acusación particular, ha confirmado, en esta sesión, que su informe coincide 100% con el del instituto alicantino, que descarta la asfixia como causa de la muerte, y avala la teoría de que la víctima sufrió una hemorragia lenta que permitió impregnar la ropa, las alfombrillas y el exterior del vehículo, "una gran cantidad de sangre".

Pese a que afirma que la medicina no tiene ninguna herramienta para establecer los tiempos, el forense considera, por los datos de la autopsia, que María del Carmen Martínez recibió los dos disparos "más cerca de las 18.25 horas, que de las 18.52 horas", lo que alargaría la agonía cerca de 45 minutos.

Por su parte, los forenses de la defensa Cesar Borobia y Bolivar Germán han asegurado en base a las fotografías y al informe de autopsia que la viuda del expresidente de la CAM murió asfixiada "por una gran hemorragia" y en poco tiempo porque los disparos atravesaron la estructura de la mandíbula dañando, las arterias de la boca, los vasos sanguíneos, la carótida interna, "elementos que están detallados en la autopsia".

Además, han establecido que la velocidad del flujo de sangrado fue de 300 cm cúbicos por minuto, lo que colaboró en la rapidez de la muerte, además de la presión arterial de la víctima a la que contribuye su peso de más de 100 kilos.

Llamadas al 112

Cesar Borobia ha explicado, a preguntas del letrado de la defensa, que para establecer el tiempo en el que tardó en fallecer la víctima, buscaron como patrón de referencia los horarios que refleja el teléfono del 112. El forense ha indicado que a las 18.55 horas se realizó la primera llamada al 112 desde el concesionario, en la que se describe que la víctima "se ha desmayado y está inconsciente".

A las 18.57 horas, prosigue el forense, se solicita de nuevo la ambulancia y se informa de que "está desmayada e inconsciente" y a las 19.05 horas los miembros del servicio de Soporte Vital Básico llaman al SAMU ya que no existen señales de realización de maniobras cardiopulmonares. "Esta es la cronología", han aseverado.

Boronat, a preguntas de la acusación particular, ha indicado que establecieron en la hora un margen de error de un 20%, que "nosotros mismos nos hemos impuesto" -dos minutos antes o dos minutos después-, a efectos de poder disponer de cierta prudencia.

Por último, Verdú ha cuestionado a los forenses de la defensa de los que ha asegurado que "han hecho un ejercicio teórico de lo que se ha producido, no lo que se ha producido", a la vez que ha asegurado que las fotografías y el informe no permiten constatar ni la velocidad del sangrado, ni que hubiera habido lesiones en la vena carótida.

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