Ferran Garrido - Un pica en Flandes

El turismo, los valores añadidos y un ministro

«No hace falta ser una lumbrera para darse cuenta y para entender por qué el sector está que en llamas y pidiendo a gritos la dimisión del ministro Alberto Garzón»

Imagen del ministro Alberto Garzón EFE

Ya quisiera yo ser economista, para poder hablar de muchas cosas con conocimiento de causa. Claro que también habría querido ser médico, para poder entender esto de la pandemia que nos tiene acongojados, y a puerta cerrada, desde hace más de dos meses. Y si me apuran les digo que habría querido ser ingeniero, porque me interesa mucho el tema de la movilidad de la gente, lo de los aeropuertos y los viajes y tal, pero la cosa me venía grande. En fin, es lo que hay.

Esta mañana he dado un repaso a mi agenda telefónica para hablar con algunos amigos que tienen restaurantes, bares, cafeterías, incluso uno que tiene un hotel, con encanto, eso sí, con mucho encanto, pequeñito, una empresa familiar , pero insisto que con mucho encanto, aunque hoy, a tenor de lo que salía por su boca, no estaba muy encantador precisamente.

Aunque me habría encantado ir a saludarles en persona y ver como llevan esta espera interminable de la “Fase 1” , que parece que ya termina, y ver cómo preparaban sus locales. Pero estamos confinados y hay que ser ciudadanos responsables. En fin, que andan rescatando a sus trabajadores de los ERTEs, invirtiendo en la compra de mamparas, acondicionando locales para reducir aforo y haciendo números hasta en las servilletas de la barra ante unas cuentas que no les cuadran. Y luchado por aportar este año todo lo que ha aportado a la economía de nuestro país. Pero están que trinan, oiga.

Lo poco que se de economía se lo debo a Keynes y a Ramón Tamame s. Pero reconozco que me costó meterme en la cabeza su “Fundamentos de teoría económica”, aunque algo aprendí. A ver, valor añadido, en el estricto sentido de la definición, es la utilidad adicional de un bien o servicio como consecuencia de haber sufrido una transformación. Vale, en el caso de la industria lo de la transformación es evidente. Es un poco más complicado de entender en el sector servicios, supongo que por lo abstracto del concepto de producto intangible aplicado a la prestación de un servicio. Pero si hasta yo, que soy un zote para estas cosas, lo he pillado, no creo que sea tan difícil entenderlo.

Perdón por el momento académico. Ahí lo dejo y vuelvo al asunto de mis amigos, esos que trabajan en el sector del turismo y que hoy están que se suben por las paredes. Alguno de ellos, por cierto, al borde de la ruina.

Imagen del ministro Alberto Garzón EFE

A ver, en cifras. El sector del turismo, una de las principales industrias españolas, movió el año pasado 84 millones de turistas internacionales hacia España. Sumen los turistas nacionales, que seguro son un montón, y verán. Cifras de récord en 2020. Este año no se repetirán, claro. Misión imposible con todo lo que está cayendo, y con algunos comentarios que no ayudan mucho. Vuelvo a los números. 92 millones de euros en gasto de los turistas y 2,4 millones de trabajadores afiliados a la Seguridad Social en el sector. Todo esto en cifras facilitadas por la ministra Reyes Maroto , si no me falla la memoria, el 20 de enero de este año. En la Comunidad Valenciana, por poner un ejemplo, fueron algo más de nueve millones y medio los visitantes de fuera de España. Casi nada.

Con estos números, ya sé que soy un simple y, encima, de letras, que me expliquen a mi lo del valor añadido, y tal y tal, aunque no hace falta ser una lumbrera para darse cuenta y para entender por qué el sector está que en llamas y pidiendo a gritos la dimisión del ministro Alberto Garzón después de sus palabras describiendo al sector como “precario” y de escaso valor añadido.

Oiga, que yo no comparto lo de pedir la dimisión de la gente a la primera cosa que hacen en su cargo, o a la segunda, pero es que el sector turístico supone, nada más y nada menos, un 15 % del Producto Interior Bruto de España y es el segundo que más aporta a las cifras de empleo en nuestro país, sólo superado por el comercio. Así que, a mí que soy un ignorante pero que vivo en uno de los pueblos más turísticos de la Comunidad Valenciana, que me lo expliquen que no lo pillo.

No puedo estar más de acuerdo con el president de la Generalitat, Ximo Puig , cuando dijo que “lealtad no es sumisión”. Ya era hora que un President diera eso. Admiro los esfuerzos de la consellera de Sanitat, Ana Barceló , para sacarnos de la Fase 0 y que la cosa mejore, incluso me rindo ante las declaraciones de la vicepresidenta Mónica Oltra el otro día, muy inquieta ante la sombra de lo político en una cuestión que ha de estar en manos de los expertos sanitarios. Pues bien, tal vez haga falta otra respuesta, una más, antes de que se quiebre la confianza de los ciudadanos en el modelo valenciano ante el menosprecio a un sector clave para la Comunitat Valenciana. Lo espero y, además, como ciudadano, volverán a tener todo mi apoyo si se produce.

No me atrevo a valorar lo que dijo el ministro de Consumo. Me falta formación, pero no datos. Hace tiempo que aprendí que, si no se puede mejorar el silencio, lo mejor es callar. Así que me callo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación