Ferran Garrido - Una pica en Flandes
El pacto, la diferencia y el diferendo
«Es difícil hablar del tema después de repasar la hemeroteca y una repetición de elecciones que ha costado lo que cuesta un año de lucha contra la violencia de género»
![Ferran Garrido: El pacto, la diferencia y el diferendo](https://s2.abcstatics.com/media/espana/2019/11/13/sanchez-iglesias-kYXH--1248x698@abc.jpg)
Me da que hoy les voy a hablar de filosofía. Pero no se preocupen, prometo no ponerme pesado. Lo haré para profanos, con intención de reflexión en torno a lo más calentito de nuestra actualidad nacional. Y lo voy a hacer con frialdad de analista, sin crítica de ningún tipo para que cada cual saque sus propias conclusiones.
Pero vamos por partes.
El pacto
Hablar del tema requiere prudencia, reflexión y objetividad. Es difícil, al menos para mí en esta ocasión, después de repasar la hemeroteca , ver la historia política de los últimos meses, las lindezas que se han dicho los unos a los otros y una repetición de elecciones que ha costado lo que cuesta un año de lucha contra la violencia de género, por poner un ejemplo.
Un pacto que parecía imposible de alcanzar hace tan sólo unas semanas, con posturas irreconciliables, mohines de desprecio e insultos varios de por medio, y egos desatados como freno. Un pacto que llega después de unas elecciones que no han dado el resultado esperado , o tal vez sí, pero que sólo han servido para hacer crecer la representación de la derecha en el Parlamento, y de qué manera, eliminando de paso ese grano que era Ciudadanos tanto para la derecha como para la izquierda, y para complicar aún más la fragmentación de la cámara y para debilitar los resultados de las fuerzas de izquierda que ahora tardan, a la fuerza ahorcan, una hora en alcanzar un pacto que se pudo conseguir hace meses. Puro tacticismo.
La diferencia
El diccionario nos ofrece dos definiciones. No sé con cuál quedarme en el caso que nos ocupa. Más allá de la primera, que nos habla de aquello que hace que una persona sea diferente de otra, hoy me quedo con la segunda, «falta de acuerdo, oposición de ideas o disputa» . Es evidente que viene de perlas para lo vivido antes de las elecciones entre las dos fuerzas que ahora pactan después de haberse tirado los trastos a la cabeza, pero que nos demuestran ahora que la diferencia se puede superar. Nunca es tarde, aunque sea por necesidad.
En la Comunidad Valenciana sabemos mucho de pactos. Ojalá el reflejo de la política valenciana funcione en la esfera nacional. Yo no tengo mucha fe en que así sea, pero no voy a negar el beneficio de la duda a los excombatientes que se dan la mano. Superar la diferencia, además de muy loable, es cuestión de actitud. De la visión del mundo que se tenga.
![Imagen del abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras firmar un preacuerdo de Gobierno](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2019/11/13/sanchez-iglesias-k6cC--510x349@abc.jpg)
La cosmovisión es ese conjunto de ideas que configuran nuestra relación con el entorno y nos permite analizar y reaccionar ante la realidad. No siempre se puede elegir y va con el diseño de la propia personalidad de cada uno. Por eso no veo los puntos en común entre un Partido Socialista con una marcada línea socialdemócrata y un Podemos de carácter comunista.
Sí lo vería en la época en la que el socialismo estaba a lo que estaba, a lo que tenía que estar, pero eso cambió en un congreso celebrado en el exilio. No le ha ido bien, históricamente, al PSOE la cohabitación con sus vecinos de la izquierda. Que le pregunten a Felipe González por la famosa pinza y no quiero remontarme más hacia detrás. En fin, sinceramente, por el bien de todos, les deseo lo mejor.
El diferendo
No es término de uso común. Nadie va diciendo «diferendo» por la calle, pero todos lo vivimos día a día cuando nos empeñamos en discutir sin razón, en levantarnos la voz y en atrincherarnos en posturas inamovibles cuando no inmovilistas. Es más frecuente que esta palabra sea usada en los países iberoamericanos que en España, pero en filosofía se usa, algunos estructuralistas lo hacen, cuando una negociación llega a una diferencia sin solución. Ese es el diferendo.
Yo lo vi, vi más de uno, en las negociaciones previas a las elecciones y entendí por qué el presidente del gobierno en funciones no llegaba a un acuerdo con los que ahora van a ser sus socios. Ahora veo que el diferendo era sólo diferencia y me congratulo de ello si es que es una actitud sincera y no una mera estrategia escudada en esa teoría del enemigo común que tan mal le ha salido siempre a la izquierda española.
Conclusiones
La realidad es cabezona y tozuda y acaba imponiendo sus criterios. La verdad no tiene remedio. La política de pactos ha de imponerse en la política tras la aparición de nuevos partidos y la fragmentación del voto. Si la izquierda es capaz de pactar, haga la derecha lo propio. Hay que hacer política, porque si no otros la harán por nosotros y, a lo mejor, no nos gusta.
La consecución de un pacto de gobierno no depende solo de Pedro y Pablo. Depende de muchos más y depende de la situación catalana y del voto a favor, en contra o abstención de los diputados de Esquerra Republicana de Catalunya. Con todo lo que eso puede traer después de hipoteca . No se debe escandalizar el PP ante el pacto. Cuando algunos hablaban de gran coalición muchos dirigentes no querían ni oírlo. No escuché precisamente ofrecimientos de pacto de apoyo, de investidura o de legislatura en las celebraciones de la noche electoral. Es lo que hay.
Y, por encima de todo, no podemos seguir sin gobierno. Otra cosa es que nos guste o no nos guste. Allá cada cual. Pero España no puede seguir sin gobierno.