Ferran Garrido - Un pica en Flandes

El desfase de la desescalada

«Y me dirán que esto se hace por nuestro bien, para protegernos de nosotros mismos»

Imagen tomada este viernes en la plaza del Ayuntamiento de Valencia ROBER SOLSONA

Me fui a la cama con la sensación de haber recibido una buena bofetada, de esas de, a mano llena, y claro el resquemor del bofetón no me dejaba dormir. En realidad, creo que toda la Comunitat Valenciana se fue a la cama con una sensación de cabreo generalizado ante lo inexplicable. Que vale, que me van a decir que todo es explicable y que yo, en cosas de ciencia soy un paleto y un provinciano. Pues sí, pero de política algo, no mucho, cada vez menos, entiendo .

Al final, la Comunitat Valenciana se convierte en el paradigma de lo que alguna cabeza pensante dio en llamar la “desescalada asimétrica”, para mayor cabreo del president de la Generalitat y de la consellera de Sanitat, que han expresado su oposición al Gobierno central en esta materia de forma pública, notoria y frontal. Pues bien, me sumo a su enfado.

Hoy vivimos aquí lo que viene siendo un cabreo monumental. El enfado es el reflejo del ánimo de la ciudadanía, con sus dirigentes políticos al frente. Y hay motivos para el cabreo. Y, lo peor de todo es la pérdida de confianza. Y eso ya no se cura ni con gel hidroalcohólico, ni con mascarillas .

Desde que salió la noticia de la decisión del Gobierno central intenté, por un ejercicio de pura higiene mental, evitar la lectura política. Pero no puede ser. No tiene otra lectur a. Lo de dejar al Govern de la Generalitat con el culo al aire desde Madrid tiene el hedor y el tufillo de la vendeta política.

Miren, aquí se han hecho las cosas bien. Desde un principio se hicieron como y cuando se pudieron hacer, desde la lealtad institucional y desde la eficacia. Insisto, desde el momento en que se pudieron hacer, tal vez para no ser desleales aún a riesgo de jugarnos mucho. Pues bien, desde el principio se trabajó con una agenda propia, por delante incluso de las actuaciones del ministerio, una agenda valenciana que ha demostrado su eficacia, avalada por unos resultados muy favorables. Mucho más que en otras comunidades autónomas que, tócate las narices, están en fase 1 por arte de birlibirloque, tras la votación de la última prórroga del Estado de Alarma. Y eso me alarma. Incluso me altera y me quita el sueño para acabar con la poca confianza que me quedaba . Ya saben, cuando el mal viene de Almansa…

La contundencia de las declaraciones de la consellera de Sanitat, Ana Barceló , no dejan lugar a dudas. No se entiende que, con las cifras y la evolución de la pandemia en la Comunidad Valenciana, se fragmente la unidad territorial para pasar a fase 1 y sumirnos en el más puro y duro desfase. Tal vez sea el precio a la exigencia de aplicar el recto y justo criterio de utilizar las áreas de salud como demarcación y no la provincia. Llámenme malpensado, pero suena a lo de “no querías caldo, pues toma, dos tazas”.

Confío mucho más, desde el principio, en las decisiones y las actuaciones del Govern de la Generalitat que de las actuaciones del Gobierno central. Así que entiendo perfectamente la reacción de la consellera y del president que, desde el principio se han movido en parámetros de salud pública y no en parámetros políticos. Y a las pruebas y a las cifras me remito. Por eso no acabo de entender como se les pone a los pies de los caballos en el terreno político. Porque una decisión como esta va a traer su rastro político y va a tener su precio para el Govern del Botànic. Ya lo verán. Y no, no es de recibo.

Otro de los socios del Botànic, Compromís, está que se sube por las paredes, y con razón. A sus tuits de las últimas horas me remito. Tal vez sirva esto para constatar que los votos de los diputados vascos valen más que los de un diputado valenciano. No sé, no quisiera caer en ese juego, pero no me gusta nada como se está arbitrando este partido. Hace mucho que le comenté al president, y él lo recordará, que tenemos el problema de que no somos un problema. Antes, al contrario. Y así nos va.

Imagen tomada este viernes en la plaza del Ayuntamiento de Valencia ROBER SOLSONA

Ahora me dirán que las razones científicas del “comité de expertos” y tal y tal… Ya, ya. Razones científicas y técnicas la de los exhaustivos informes presentado por la Generalitat para pasar a la fase 1. El presidente Puig pide a las claras que se revise la decisión, pero el daño ya está hecho. La fe, que era escasa, se está perdiendo por el camino. Y me dirán que esto se hace por nuestro bien, para protegernos de nosotros mismos, que ya se ha dicho esto en Madrid. Pero es que, a mí, desde que los curas del cole me decían que eso no, que era por mi bien, me entraban muchas ganas de hacer lo que me venía en gana. Y en esta situación es una desgracia que quebranta la lealtad y la disciplina con la que se ha comportado la ciudadanía en medio de esta escalada de estado policial bajo la vigilancia de los helicópteros. Una pena, porque miren que íbamos bien, con disciplina y obediencia, con civismo y eficacia.

En fin, miientras que en Elx deben llevar un cabreo monumental, Pobla Llarga está en Fase 1 y Carcaixent en fase 0. Alguien, además de Medicina, debe estudiar Geografía.

Perdonen el exabrupto, pero… ¿quién narices gobierna en Madrid? Con mi voto esto no se hace para llevarnos a este desfase.

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