Ferran Garrido - Una pica en Flandes

El brindis al sol de la moción de censura

«A una moción de censura hay que llegar con un programa de propuestas y no solo con un manual de demolición»

Imagen de la mociíón de censura planteada por Vox EP

Me había propuesto no hablar de la moción de censura que esta semana nos ha ocupado un tiempo precioso en el Congreso de los Diputados . Bueno, en el Congreso, en la tele, en la prensa y la radio, en las tertulias de bar, los que aún queden abiertos, y en la sobremesa de muchos hogares españoles, los que aún tengan ganas. Pero al final me he dejado llevar por un arranque de racionalidad y me he puesto manos a la obra. Y no me resulta fácil. Ni cómodo.

Claro, esto del lío político habitual no tiene porqué ser cómodo, antes al contrario, para los que nos preocupamos mucho del pasado, presente y futuro de nuestro país. Sobre todo, del presente y del futuro, aunque la sombra del pasado nos va a acompañar siempre porque la llevamos tatuada en el ADN visceral y patrio. Los unos y los otros.

En fin, al lío. Vaya por delante el decir que una de las cosas que más me incomoda en esta vida es aquello de perder el tiempo . Y ni les cuento lo que me molesta ver como lo pierden los «padres de la patria» cuando se emplean a fondo en esos viajes a ninguna parte en los que se enfrasca, muy a menudo, la política española. Sinceramente creo que esta moción de censura ha sido eso, una pérdida de tiempo, incluso este artículo lo es, como lo son las tertulias de bar al respecto y el tiempo empleado en radio, prensa y televisión. Incluso las sobremesas hogareñas que a más de uno le habrán cortado la digestión, lo son.

Cuando una fuerza política con peso en el Parlamento y con un buen número de diputados se lanza a la aventura, ha de valorar muy bien dónde empieza y dónde acaba su recorrido no vaya a ser que el final de ese camino no sea otra cosa que su propio final político y un nuevo principio para el rival que pretende censurar . Allá cada cual, pero si no se cuenta con los apoyos necesarios, y se sabe que es así de antemano, el poner en marcha la moción y todo lo que acarrea, es hacernos perder el tiempo. A todos. Y más con la que está cayendo.

Imagen de la moción de censura planteada por Vox EP

Esta moción es un capítulo más de la polarización política que estamos viviendo. Una vez más los unos sacan todo lo que llevan dentro para oponerse a los otros que les miran desde arriba con la sonrisa del que se sabe protegido por el paraguas de una mayoría parlamentaria. Una mayoría muy poco parecida a lo que debe ser una mayoría, pero que, en su extraña e incómoda heterogeneidad, le da al gobernante la estabilidad de una comodidad parlamentaria muy inestable.

La confrontación, entendida con esa violencia atávica que nos acompaña, solo beneficia a los que ponen en marcha el ventilador del enfrentamiento. Seguirles el juego, o no, ya depende de cada cual, pero cuando se pone en marcha un espectáculo como este hay que valorar sus consecuencias y su alcance. Me da la sensación que es esta ocasión, seguro como estaba el promotor de la moción de la imposibilidad de su triunfo, ha importado más el instrumento que su producto , para poner en la tribuna unos argumentos que empiezo a creer, estando de acuerdo o no, debían ser escuchados para que todos sepamos donde está cada cual en este peligroso juego de buenos y malos que solo representa a los polos de toda esta jugada para dejarnos al resto en medio de una incómoda sensación de temor e incertidumbre que nos recorre desde las ingles a la garganta.

Si todo esto ha servido para que el candidato se saque de dentro todo lo que tenía que decir, vale. Pero si todo lo que tenía que decir era eso, ya no me vale. Eso ya nos lo sabemos todos. A una moción de censura hay que llegar con un programa de propuestas y no solo con un manual de demolición porque, siendo así, el candidato no va a conseguir más apoyo que los propios para confirmar que la cosa sigue como antes, con unos en un lado y otros en el otro. Por eso no paro de preguntarme, desde el principio, contra quién iba en realidad esta moción de censura presentada por Vox en contra del gobierno, pero que de no estar despierto el líder del PP podía haber arrastrado a su partido a lo más profundo del pozo.

En fin, si la base de la moción era centrar al gobierno, que también va a lo suyo, en medio de toda esta tremenda crisis que estamos viviendo, no lo ha conseguido ni de lejos. Si era un ataque contra los populares, no les ha salido bien ante el NO de los escaños azules. A mí me da que, con todo lo que está cayendo, no era ni el momento ni el método más adecuado .

La moción de censura no hace más que confirmar la desagradable sensación que tengo desde hace meses. La política española, mientras la pandemia se lleva por delante miles de vidas y arrasa con nuestra economía y nuestra sociedad, se ha convertido en ver quién la tiene más larga, aunque en realidad es un asunto de a ver quién los tiene más gordos .

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