Fernando Llopis - El último liberal
El Botànic en la casa Usher
«Han iniciado otra cruzada estéril contra las concesiones sanitarias privadas, en un momento en que sería una alternativa irrenunciable utilizar todos los medios públicos y privados contra la pandemia»
![Naira Davó, portavoz de Podem, esta semana en les Corts Valencianes](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/10/30/naiara-davo-podem-kNKE--1248x698@abc.jpg)
Uno de mis relatos favoritos de Edgar Allan Poe es el del “Hundimiento de la casa Usher”. Narra la historia de un joven que va a visitar a un amigo, Roderick Usher, a su enorme mansión rodeada de un páramo desolador y deprimente. Roderick y su hermana son los últimos descendientes de una familia de notables que ha entrado en una inevitable decadencia, y que ya solo espera el final de la estirpe. No hay ilusión en Roderick, ni ganas de cambiar el desdichado futuro que parece esperarlo.
Con la crisis del coronavirus , el Botánic ha entrado en una especie de enfermedad catatónica como la que afecta a la hermana de Roderick, que parece impedirles darse cuenta de la realidad y vivir como si nada de todo esto pasase. Por un lado, están las frivolidades de Podemos al intentar, en plena pandemia, lanzar una cruzada antifascista no se sabe muy bien contra quien, tan solo para tratar de justificar el sueldo que cobran, ya que iniciativas propositivas no se les conocen. Por cierto, la portavoz podemita Naiara Davó fue a por lana y salió trasquilada en el intento. Por otro lado, las campañas de Compromís de subir todo impuesto que puedan en un momento en el que toda Europa está tratando de no hundir la maltrecha economía de sus contribuyentes. Los de Compromís tan solo hacen paréntesis en sus reivindicaciones para criticar a Policía Nacional y Guardia Civil , aunque no venga a cuento y a exigir identificaciones de los manifestantes como si fuésemos uno de los peores estados totalitarios.
Algún diputado socialista, aunque cada vez son menos los que lo hacen, ponen cara de disgusto cuando escuchan las tonterías escupidas por sus socios de gobierno, pero parecen conformarse con el dicho de que con estos bueyes hay que arar.
![Naira Davó, portavoz de Podem, esta semana en les Corts Valencianes](https://s1.abcstatics.com/media/espana/2020/10/30/naiara-davo-podem-ku8--510x349@abc.jpg)
Pero de tanto quejarse de la tropa con la que gobiernan, los socialistas parecen haber olvidado cuales son sus responsabilidades de gobierno. No podemos olvidar que la gestión sanitaria antes de marzo era ya un desastre con un servicio de Atención Primaria precario y unas listas de espera cada vez más grandes y que no había cajones suficientemente grandes para poder esconder. Su excusa inicial de culpar a sus predecesores, cinco años después de iniciar su periodo de gobierno, ya no se la creían ni ellos mismos y para compensarlo han iniciado otra cruzada estéril contra las concesiones sanitarias privadas. En un momento en que sería una alternativa irrenunciable utilizar todos los medios públicos y privados contra la pandemia, el Botánic prefiere quedarse solo con un cincuenta por ciento de la ecuación, y que por cierto está cada vez más colapsada.
La responsable máxima de Sanidad, Ana Barceló , parece haber entrado en bucle. Los árboles no le permiten ver el bosque y repite una y otra vez los mismos errores. Es incapaz de dar con alguna solución que palie la cada vez más desastrosa situación. Peleada con los MIR, incapaz de poner en marcha un eficaz sistema de rastreadores apoyado con la APP radar Covid y condenando a los profesionales de la Atención Primaria a una batalla agotadora y de antemano perdida. Solo parecía salvada por unos números que parecían buenos, pero ya no lo son, y posiblemente solo estaban ocultos por las escasas pruebas PCR realizadas, en las que seguimos estando a la cola en nuestra Comunidad.
Al presidente Puig solo le queda echar la culpa a Madrid. Uno asiste incrédulo como el amigo de Roderick Usher que no podía entender como los Usher simplemente estaban esperando su final como si estuviesen predestinados a ello. Lo triste de esta película que el hundimiento del Botánic, como dure demasiado tiempo, puede arrastrar a todos los valencianos consigo.