CULTURA
Farocki: no te fíes de lo que ves
El IVAM presenta hasta el 22 de mayo la primera retrospectiva en España del desaparecido cineasta alemán de culto

Desde que comenzara su trayectoria como cineasta antibelicista a mediados de los años sesenta , y hasta su muerte en 2014, Harun Farocki permaneció fiel a un solo objetivo: invitarnos a desconfiar de las imágenes. A través de su producción artística y de numerosos escritos, el autor alemán alertaba sobre la importancia del escepticismo y el pensamiento crítico en el contexto post-capitalista (un terreno abonado a la manipulación digital, las recreaciones virtuales hiperrealistas y la constante videovigilancia de los ciudadanos).
El IVAM, en colaboración con la Fundación Tàpies de Barcelona , presentó ayer la primera retrospectiva en España sobre Farocki; una exposición que recorre las principales películas y videoinstalaciones de su amplia producción, compuesta por más de ochenta obras. La muestra arranca con seis cortometrajes de arte y ensayo pertenecientes a su primera etapa, en la que no recabó gran éxito (sus obras resultaban demasiado sesudas para el público de salas de cine). A mediados de los años noventa, sin embargo, sus ideas encontraron encaje en los museos más vanguardistas. Hoy es un pionero tanto en el campo del arte audiovisual como en el del pensamiento, y a pesar de su etiqueta de «icono rebelde» goza de gran prestigio a nivel institucional. Una prueba de ello es la asistencia del embajador de Alemania en España a la inauguración que tendrá lugar esta tarde en el museo valenciano.
Entre las piezas seleccionadas se incluyen dos videoinstalaciones en las que el cineasta utiliza técnicas como la videovigilancia o el reconocimiento cartográfico para analizar la relación entre el hombre, las máquinas y las guerras modernas. La Guerra del Golfo de 1991, el primer conflicto televisado y presentado al mundo como un espectáculo, dio pie al creador para poner en tela de juicio el modo en que nos presentan la realidad los medios de comunicación.
Los videojuegos fueron también objeto de reflexión para Farocki . En la videoinstalación «Serious Games I-IV» (2010), por ejemplo, yuxtapone ejercicios de guerra real con recreaciones virtuales con el objetivo de resaltar las confusas barreras entre realidad y ficción, así como los vínculos entre tecnología, política y violencia.
Encontramos otra muestra de la perversidad de la imagen y su influencia en la conducta humana en «I thought I was seeing convicts» (2000) , en la que se nos presentan escenas del patio de una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos. Cuando uno de los presos ataca a otro, los demás permanecen con los brazos sobre la cabeza. Sabiéndose vigilados, tratan de evitar que les alcancen los disparos de pelotas de goma que saben que se van a producir en cualquier momento. La cámara tiene el mismo poder amenazante que la pistola.
Los comisarios Antje Ehmann y Carles Guerra nos proponen un recorrido exigente con el espectador. «No es una exposición atmosférica para pasearse, hay que tomarse el tiempo necesario», advierten. «Harun Farocki nunca acusaba a nadie ni hacía explícita la crítica, no quería poner al público de su lado, sino invitarle a observar críticamente», concluye Guerra.