Joaquín Guzmán - CRÍTICA

Excelente y siempre sobrecogedor Barbazul

«La versión de Traub fue impecable desde el puto de vista dramático y técnico»

Imagen de archivo de Yaron Traub ABC

Una de esas grandes tardes de la orquesta y del, hasta la temporada pasada, director titular Yaron Traub. Suele aplicarse aquí la frase que leí hace muchos años con ocasión del Ocaso de los Dioses wagneriano interpretado por nuestra formación “ante las grandes ocasiones la formación valenciana se crece”. Pues eso. Para la Incompleta Schubertiana, Traub eligió una plantilla con la cuerda aumentada-hasta ocho contrabajos , lo que fue un tanto paradójico puesto que la, por otro lado, excelente versión, la basó el maestro en controlar los volúmenes, es decir, las dinámicas, con mimo de orfebre. Qué fácil por lo maravilloso de la visionaria escritura, y a la vez que complejo, es llevar a buen puerto un primer movimiento en el que se reúne lo etéreo, lo misterioso, lo lírico, lo dramático pero también lo íntimo. Parece que está todo ahí. Destacar a los solistas de la orquesta que más tarde echarían el resto en un Castillo de Barbazul antológico en muchos sentidos. En el segundo movimiento el contrapunto se vio un tanto perjudicado por la excesiva plantilla en la cuerda y las voces no se diferenciaron todo lo que sería deseable

Lo mejor estaba por llegar con una lectura impresionante de esta obra maestra de Bela Bartó , y yo añadiría, del siglo XX. Todos los ingredientes se dan para que esta partitura llegase a un público más joven: expresionismo musical, un libreto que es un auténtico cuento de terror y suspense, espectacularidad. El Palau debe aplicarse a emplear estas obras, que no son fáciles, pero si que están cargadas de un especial magnetismo, para atraer otros públicos, aficionados, por ejemplo, del teatro. Para ello deberían emplearse las nuevas tecnologías que acompañen a la música como proyecciones o semi escenificaciones. La versión de Traub fue impecable desde el puto de vista dramático y técnico . Mas allá de ello hubo diversos momentos de absoluto estado de gracia colectivo. Traub, sacó a relucir las aristas expresionistas y teatrales que encierra la extraordinaria música del compositor húngaro. La orquesta lució un volumen y un empaque admirable, logrando momentos especialmente sobrecogedores. Todos los solistas estuvieron a la altura de la exigente composición; a destacar el impresionante sonido que extrae de su trompa María Rubio que ha redondeado y ampliado más si cabe, seguramente fruto de sus colaboraciones con la Filarmónica de Berlin , que demanda esta clase de sonido robusto y ampuloso en el buen sentido.

No se limitó el director israelí a leer superficialmente de la obra , sino que se implicó en dar una versión personal de la misma a través del teatro hecho música, poniendo toda la confianza en una orquesta en estado de gracia. Contó con la colaboración inestimable de dos magníficos solistas. Mathias Goerne en cuanto abrió la boca se pudo vislumbrar porqué es quien es. Podrá tener problemas de proyección en los registros bajos, y en más de una ocasión desapareció bajo el sonido de la orquesta, pero ya sólo por el fraseo y la belleza de su voz de bajo, más que de barítono, valieron la pena. Rinat Shaham cantó con calidad y el dramatismo que el espeluznante libreto requiere, pero quizás le faltó peso a una voz que si bien estaba siempre bien proyectada y se escuchó en todo momento, no llenó en algún pasaje como sería de desear. La impresión en términos generales era de haber escuchado una magnífica versión sin entrar en terrenos de lo sublime o lo antológico. Digamos que fue un resultado globalmente notable. En este caso se leyó por la flautista de la orquesta Anna Fazekas los versos que sirven de introducción a la obra y que constan en el libreto, también obra del autor Bela Balázs . La versión se presentó precedida del prólogo que tantas veces se omite y qué lo recitó la flautista de la orquesta Anna Fazekas compatriota del compositor y libretista.

Ficha

24 de noviembre de 2017

Palau de la Música de Valencia.

Obras de Schubert y Bartók.

Rinat Shaham (mezzosoprano), Matthias Goerne (barítono)

Orquesta de Valencia

Director: Yaron Traub.

Excelente y siempre sobrecogedor Barbazul

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