Imagen de archivo de una enfermera en un hospital valenciano JUAN CARLOS SOLER

T.J.

El Colegio de Enfermería de Valencia alerta de los problemas psicológicos y emocionales que sufren los profesionales sanitarios por el exceso de presión asistencial «insostenible» que se ha producido durante los últimos meses a raíz de la sexta ola de la pandemia del coronavirus.

La presidenta de la entidad, Laura Almudéver, asegura que los contagios Covid-19 rompieron las previsiones de la Generalitat y, como consecuencia, las plantillas quedaron «desbordadas» en la mayoría de las unidades hospitalarias, especialmente en las UCI y en los centros de salud.

«El personal de Enfermería está sufriendo problemas físicos y mentales graves porque se lleva el trabajo a casa. Llevan en sus mentes la inquietud y el nerviosismo que les impide disfrutar de nuestra familia, por la precaución de evitar más contagios. Se ‘autoaislan’ socialmente para evitar más transmisión Covid , mientras ven irresponsabilidad en algunos sectores de la población», explica Almudéver.

En ese sentido, el director de la Fundación Salud y Persona, Joan Piñol, como psicólogo, describe que ha detectado «estrés, frustración y tristeza» en los sanitarios, un colectivo al que «le cuesta pedir ayuda». Su equipo se encarga de la atención psicológica que ofrece el Colegio de Enfermería de Valencia, gracias a la iniciativa «Estar preparados», de la asociación empresarial del seguro Unespa.

«La ansiedad y el estrés aparecen continuamente y, sobre todo, las enfermeras nos preguntan sobre cómo gestionar el conflicto interno (muchas piensan en abandonar su profesión). Otro tema recurrente es la frustración y el miedo por falta de medios . Muestran un estado de ánimo bajo y tristeza», según Piñol, quien añade síntomas físicos como el insomnio, el nerviosismo y alteraciones alimentarias (metabólicas). El psicólogo también destaca el estrés post-traumático por los momentos tan duros que se vivieron o el «duelo del profesional», por todas las pérdidas de pacientes, compañeros y familiares.

Una situación que, desde la organización, creen que debe obligar a replantear la dotación de las plantillas, por lo que solicitan que se vuelvan a contratar a los 3.300 sanitarios cuyos puestos dejaron de prorrogarse el 1 de junio del año pasado -siguieron otros 6.050- para poder cubrir la demanda clínica.

En un comunicado, el Colegio advierte también de que las Incapacidades Laborales Temporales (ILT) han crecido durante el último mes y «son imposibles de cubrir ante la ausencia de plantillas adecuadas para atender todas las necesidades los pacientes».

«Se debe tener en cuenta que cada día hay más personal contagiado y de baja. Y las enfermeras que quedan deben asumir el trabajo de sus compañeras, con acumulación de tareas y cansancio. Los trabajadores llevan meses agotados sin recibir una solución por parte de la Administración sanitaria, mientras los niveles de absentismo han crecido del 4% hasta cifras cercanas al 20% en algunos centros hospitalarios», señalan.

Almudéver insiste en que la sanidad valenciana ha perdido, en la última década, entre 8.000 y 11.000 plazas estructurales y que los 9.350 contratos Covid sólo supondrán un parche, porque únicamente servirán para reforzar las plantillas de forma coyuntural si no se aumenta la ratio de enfermeras o enfermeros por número de pacientes.

«No estamos en situación de prescindir de ningún profesional actualmente contratado, y es completamente necesaria la estabilización de las plantillas con una reconversión a plazas estructurales de todas aquellas necesidades asistenciales hospitalarias y de cuidados que, cada día más, demanda la población valenciana», zanja la presidenta dela entidad colegial.

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