Tribunales
El estallido de la estafa en la EMT de Valencia: «¿Esas transferencias son del pago de los autobuses chinos?»
La declaración ante el juez de la única investigada por el fraude de cuatro millones de euros a la empresa pública aporta más detalles de lo ocurrido durante veinte días en el seno de la compañía

23 de septiembre. Despacho de la sede de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia. La directora de Administración de la misma, Celia Zafra , acaba de darse cuenta de que un falso abogado ha robado cuatro millones de euros a la compañía bajo su supervisión y se encuentra imprimiendo los correos que ha estado intercambiando con el defraudador durante veinte días cuando recibe su llamada. En la pantalla del teléfono fijo, un nombre: «Anonymous».
El falso letrado Javier Parada quiere saber porqué no se ha hecho la última de las transferencias acordadas. Al lado de Zafra se encuentran la abogada de la EMT y la directora de Finanzas, que graba la conversación con su móvil.
Parece el guion de una película pero es solo un extracto de la declaración ante el juez como investigada de la extrabajadora de la EMT de Valencia despedida tras conocerse el fraude de cuatro millones de euros en el seno de la compañía pública, a la que ha tenido acceso ABC.
La que fuera directora del Negociado de Administración compareció este lunes ante el Juzgado de Instrucción número 18 de Valencia, dejó claro que ni ella ni nadie de su familía tiene cuentas en le extranjero y expuso ante el tribunal su versión de los hechos. Entre ellos, destaca el momento en el que la cúpula de la empresa es consciente del fraude.
Según la única investigada en el caso, la directora de Gestión, Maria Rayón , su superior inmediata, estaba de baja en el momento de los hechos -aunque seguía haciendo tareas desde casa- pero llamó a Zafra tras recibir un mensaje suyo.
El gestor de Caixabank que llevaba los asuntos de la EMT insistía en ponerse en contacto con Rayón -también lo había intentado sin éxito con el gerente, Josep Enric García Alemany , que estaba en una reunión- para confirmar telefónicamente la última de las trasnsferencias fraudulentas que se venían realizando a Hong Kong y que, por suerte, se pudo abortar a tiempo. Desde la entidad no veían claro el concepto de las mismas.
Según Zafra, Rayón le preguntó: «¿Esas transferencias son porque estamos pagando los autobuses chinos?» , a lo que ella contestó, «Pues no sé». «Eso es cosa del Área Técnica», le respondió la jefa de Gestión. Finalmente, Alemany pudo hablar con el empleado de Caixabank y todo saltó por los aires.
Un relato cronológico
Celia Zafra asegura que en la primera comunicación telefónica, el 3 de septiembre , con Javier Parada, el supuesto abogado fiscalista de Deloyte -una conocida consultora-, este le indica que le va a enviar una cláusula de confidencialidad que debe firmar para poder hablar con ella de una operación que el concejal de Movilidad y presidente de la EMT, Giuseppe Grezzi , va a anunciar el 19 de ese mismo mes.
A la extrabajadora le pareció extraño que se dirigieran a ella y de esos modos pero recordó -según lo relatado - que un año antes, de forma similar, Grezzi había anunciado que la EMT asumiría la gestion del aparcamiento de Brujas sin que los empleados hubieran tenido conocimiento antes.

Zafra también pensó que ella era la persona de más alto rango que se encontraba ese día en la empresa y el cometido entraba dentro de sus funciones. La directora de Finanzas, Esmeralda Aparisi, no se incorporó a su puesto hasta el 9 de septiembre , tras las vacaciones , al igual que el gerente.
Del mismo modo, la operación podía terner algo que ver con un proyecto innovador que se comentaba en la empresa «discretamente» sobre la instalación de puntos de recarga para coches eléctricos.
El documento de confidencialidad llega en blanco a su correo y a continuación, recibe un mensaje que «parece» de Grezzi «no solo por el nombre, sino por el dominio», donde le pregunta si se han puesto en contacto con ella. Ella le explica lo ocurrido y el supuesto presidente de la empresa le comenta los aspectos de la operación y los plazos para pagar «el 60% de los 9 millones» . El falso Parada insistía, a su vez, en que ese procentaje debía transferirse el mismo día 3.
Además, siempre según su versión de lo ocurrido, en las «numerosas» conversaciones que Zafra tuvo con el falso abogado -sus compañeras llegaron a cogerle el teléfono-, este indicaba que por exigencias de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, las órdenes de pago debían efectuarse por carta de pago.
Tras descartar a Grezzi por que no podía ordenar pagos y pensar que Alemany y Rayón eran las personas indicadas para hacerlo, la exjefa de Administración se puso en contacto con Bankia pero no le cogieron el teléfono, por lo que entró a la cuenta electrónica de Caixabank. Zafra se sorprendió al ver el elevado saldo de la misma -24 millones de euros- derivado de un ingreso que se había producido semanas antes procedente del Banco Europeo de Inversiones para la compra de autobuses.
El supuesto abogado le envió una factura en la que se indicaban el nombre del banco y el número de cuenta y ella redactó una carta de pago sin firmar, que le fue devuelta -defiende- con las dos firmas ya incluídas , porque creía que ese paso se realizaría desde el despacho de Grezzi en la concejalía de Movilidad.
Una situación incómoda
La investigada destaca en su declaración que fue Caixabank y no ella quien ordenó la transferencia electrónicamente, porque ella no estaba autorizada a realizar ese tipo de operaciones y que todas las transacciones que vinieron después -siete más hasta el 23 de septiembre- siguieron el mismo patrón.
Del mismo modo, relata que envió documentos con datos (no recuerda el motivo) y fotocopias de los DNI de Rayón y Alemany -que guardaba en sus archivos por cuestiones de trabajo- al supuesto Javier Parada porque este se las pidió para presentarlas ante la CNMV.
El 6 de septimembre -día de la segunda transferencia- Zafra recibe una llamada de Caixabank: le piden que Maria Rayón pase por la oficina porque su firma actual no coincide con la del DNI. Rayón, al ser informada por Whatsapp contesta: «Ok».
Al regresar el gerente de sus vacaciones, le dijo a Parada que ella misma le recogería su firma, pero este le reiteró que el asunto era privado y confidencial. Durante la gestión de la tercera operación, la empleada de la empresa de los autobuses urbanos empezó a sentirse incómoda con ese método de trabajo. Para calmarla, el falso letrado le dijo si quería hablar directamente con Grezzi para «despejar dudas», algo a lo que Zafra se negó.
El 16 de septimebre el gestor de Caixabank para la EMT vuelve de vacaciones y a partir de ese momento es él quien confirma las transferencias por correo y pone en copia a Rayón . Hasta entonces, esta gestión la venían haciendo «dos mujeres». El viernes 20, el gestor le pide también por e-mail que le reenvíe las facturas para comprobarlas, pero Zafra destaca que no leyó ese mensaje hasta el lunes por la mañana, día 23. Una jornada que no olvidará nunca.
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