Fernando Llopis - El último liberal
Los espías durmientes de Compromís
«Corremos el riesgo de que los partidos liberales y de derechas utilicen nuestras intensas simpatías con los independentistas catalanes para hacernos perder votos»
Septiembre 2018, en una Comunidad muy lejana. Antigua base del Alinghi en la Marina de Valencia. Inauguración de la exposición de Toni Miró.
El president pregunta a su jefe de gabinete, “¿ No ha venido nadie de Compromís a la inauguración de la exposición ?, ¡si la hemos hecho por ellos, con todas las fotos con símbolos independentistas y toda esa parafernalia!”.
-No señor president, han disculpado todas y toda su asistencia. No ha venido ni el Tato, y nos hemos quedados solos los socialistas en la exposición.
-Nos la han vuelto a jugar, ¿no?
-Eso parece, señor president. De hecho, parecía que un conseller iba a entrar, pero en la puerta de la exposición alguien le ha dicho no sé qué de la operación “espías durmientes” y ha dado media vuelta y se ha marchado.
Mientras tanto a pocos kilómetros de allí, el conseller que había abandonado la exposición entra en una habitación donde media docena de personas le esperan.
-Bona tarda, companys!
La vicepresidenta, que preside la reunión, frunce el ceño e indica:
-Perdona, compañero, le estaba diciendo a todos que para acostumbrarnos a la nueva estrategia “espías durmientes” vamos a hablar en español durante la reunión.
-¿Español?, será castellano, ¿no?
-Si he dicho español será por algo. Como sabéis, las encuestas nos indican que las valencianas y valencianos están bastante en desacuerdo con la situación de Cataluña , y corremos el riesgo de que los partidos liberales y de derechas utilicen nuestras intensas simpatías con los independentistas catalanes para hacernos perder votos. Dada nuestra poca exitosa gestión con nuestras políticas económicas y sociales, ahora mismo no estamos para perder más votos por nuestras afinidades con los independentistas.
-Aleshores, digo, entonces ¿qué propones Mónica?
-Vamos a poner en marcha la operación “espías durmientes”
- ¿Espías durmientes?
-Sí, como los espías de la KGB que se infiltraron en la sociedad norteamericana y vivían como familias normales americana, veían la tele, iban al rugby, hacían barbacoas en el jardín y todo eso. Así, vamos a comportarnos como unos auténticos españolazos los próximos meses.
-¿Por eso nos has dicho que no fuéramos a la inauguración de la exposición proindependentista?
-Así es, y hasta que acaben las elecciones vamos a incrementar nuestro españolismo, para tratar de conseguir que la gente vuelva a creerse que no somos un partido nacionalista.
-Eso parece muy difícil, ¡yo me emociono cada vez que escucho al president Torra, y tengo una foto de Puigdemont en la mesa de mi despacho!
-Tranquilos, que solo serán unos meses. De momento os he comprado a cada uno de vosotros una camiseta de la selección española de fútbol y le he dicho a vuestros jefes de gabinete que os apunten en la agenda ir a ver los próximos partidos en algún bar de vuestro pueblo.
- ¡Pero, si yo eso lo hago!
-Ya, pero debes fingir alegría en los goles de la Selección española y no hacer como en verano que brindaste con cava cuando nos eliminó la selección rusa.
-Off, ¡qué gran día ese cuando el español falló el penalti!
- ¿Y qué hacemos con las políticas de inmersión lingüística que ha lanzado Vicent?
- Nada, como veis, Vicent no está. Lo hemos escondido en un pueblo perdido con un instructor especialista en “Como hacer decretos correctos e inimpugnables”. Tranquilos, volverá con mucha más fuerza una vez hayamos ganado las elecciones.
En un momento determinado, el conseller observa que al fondo de la sala hay un hombre de rodillas con los brazos en cruz con un libro enorme en cada una de las manos. ¿Quién es?
-Es Enric, lleva en cada mano el Quijote y La Celestina, además tiene enchufado a los oídos un audiolibro con todos los episodios nacionales de Galdós. ¡Así aprenderá a no hacer declaraciones a favor de los políticos presos catalanes!
El conseller replica “Querrás decir presos políticos, ¿no?”.
Minutos después, los asistentes abandonan la sala, exceptuando Enric y el conseller. Mientras el primero sigue escuchando los episodios nacionales de Galdós, el segundo escribe repetidas veces en una pizarra “ No hay presos políticos, son políticos presos ”. Se detiene un momento y le hace gestos a Enric para que se quite los auriculares y le dice “Tenemos que conseguir que Ximo adelante las elecciones, no aguanto de español hasta mayo”.
Enric le replica, “eso espero, estoy muy preocupado, me está empezando a gustar la prosa de Galdós”.