Españoles de primera

A los ciudadanos, a nosotros, a nuestros vecinos, a nuestros jefes en la oficina, a nuestros compañeros en el trabajo, el Estado Español -término acuñado por el Franquismo- vela para que no quebrantemos la ley, y si lo hacemos, paguemos de inmediato por el delito, ya sea por omisión o con el conocimiento de la realización de la fechoría. Sin embargo, en una parte de España, una región española de vanguardia favorecida desde 1939 por Franco en riqueza y peso político, la Generalitat y muchos alcaldes, llevan saltándose la ley y anunciándolo con megáfono, sin que nada les suceda.

¿Se imaginan ustedes diciendo no voy a pagar más el IBI porque es un impuesto revolucionario? ¿Pagar por lo que ya se ha pagado? A los pocos minutos tendríamos todos los resortes de la Administración de turno encima de nuestras cabezas, y nos embargarían. Entonces me pregunto ¿España, el Estado, sólo persigue y castiga todo lo que tiene que ver con la pasta ? ¿Hacienda? ¿Sí? ¿De verdad? Si es así, nos convertimos en un país que actúa como una multinacional obviando sentimientos, historia y sistema político, y esto no nos interesa, y quizá sea hora de una nueva era. Pues ahora tenemos españoles de segunda y de primera , todas las 18 autonomías restantes y los catalanes con sus privilegios respecto a la ley. Sus gobernantes pueden delinquir, dar un golpe de estado televisado, y pueden levantarse cada mañana sin pagar por ello.

Hay un camino para esta deriva secesionista. Una vía con dos soluciones: la elegante y la traumática . La primera sería el concierto catalán y chimpún. La segunda, la independencia declarada unilateralmente con todas sus consecuencias. ¿Querrán los españoles de primera, dejar de ser ciudadanos de primera y unos mimados por el hecho diferencial? Lo dudo, el día 2 de octubre todo seguirá igual .