Guillem Bertomeu - LLETRAFERIT
Entre morado y naranja
«Cómo se nota que estamos en el ecuador de legislatura y cada partido va tomando posiciones»
Se acerca el verano y el aumento de las temperaturas, adornado por las recientes tormentas eléctricas, también afecta a las cañerías de las formaciones políticas valencianas. Una de las últimas broncas a destacar ha sido el intercambio de reproches entre el líder morado, Pablo Iglesias , y la formación de Mónica Oltra .
Parece que el idilio político entre podemitas y Compromís, donde incluso confluyeron en coalición en las últimas elecciones generales, se ha convertido en desamor tras el anuncio de Compromís invitando a Iglesias a retirar la moción de censura a Mariano Rajoy y que diera ese protagonismo al PSOE como primera fuerza de izquierdas del parlamento que es.
Iglesias, que cuando le tocan la “fibra” de protagonista se enerva en demasía, ha llegado a decir que Compromís es el partido que “realiza el trabajo sucio del PSOE” , despotricó contra las “élites” del partido nacionalista y llegó a decir incluso que el Bloc es un partido conservador, y se quedó tan ancho. Buen tridente de “chorradas” que evidencia un total desconocimiento de la realidad política valenciana que muchas veces se diluye en el centralismo castizo de Iglesias.
Desde la coalición Compromís, su diputado Josep Nadal calificó al «coletas», de manera clara y sutil, de ignorante. Cómo se nota que estamos en el ecuador de legislatura, y cada partido va tomando posiciones, y tanto PSOE, como Podemos y Compromís se tienen que repartir el mismo pastel de votante....La batalla está servida de aquí a 2019.
Si seguimos con los desaires a la izquierda valenciana estos últimos días tanto Ribó como Puig sufrieron la realidad de los vecinos del Cabanyal tras su vista al barrio. A trás quedaron los bonitos tiempos de oposición y pancarta y ya han llegado los pitos, la desilusión y la preocupación de un barrio donde ven que las promesas y las acciones previstas por los “gobiernos del cambio” se han quedado, dos años después, en eso…..en ilusiones.
Suciedad, degradación, botellones, peleas de gallos, aumento del trapicheo, casas okupadas e incluso quejas por falta de seguridad, son algunas de las denuncias que se han podido leer en prensa de la situación del Cabanyal a día de hoy . El tema de la okupación incluso tiene el protagonismo en la Residencia Universitaria Lluís Vives, en la propia Avenida Blasco Ibañez, sin ninguna intervención realizada tras varias semanas. Lo lamentable de todas estas situaciones es que lo único que demanda el vecino es un cumplimiento de los servicios básicos y el hacer cumplir la ley y recibe del Ayuntamiento y de la Generalitat bien silencio, bien indiferencia.