Enrique S. Ballester Llopis - Tribuna abierta
Triste elección: las elecciones catalanas por encima de la salud de España
«Puede ser lícito y legal, pero también es triste e indignante y roza lo inmoral»
Empiezo el día leyendo las desbocadas cifras de infectados y muertos, el problema de la vacunación con un 20% menos de vacunas del coronavirus administradas que las previstas para estas fechas y con el señor Fernando Simón que me acojona (perdón por la palabra, pero no encuentro sinónimo adecuado) diciéndome que utilice una mascarilla FFP3 para protegerme eficazmente del virus, una protección de uso casi exclusivo en Unidades de Cuidados Intensivos, actualmente imposible de encontrar en farmacias salvo por encargo y que sigue gravada con un IVA del 21%.
A continuación leo la noticia de la dimisión del este martes exministro señor Salvador Illa , no por incompetencia, agotamiento o problemas de salud, sino para dedicarse más intensamente a la política, postulándose como próximo presidente autonómico socialista en la campaña electoral catalana, y lo primero que me viene a la memoria como un acto reflejo, no sé muy bien por qué, son dos frases muy apropiadas para la ocasión:
«El tiempo pone a cada uno en su sitio, pero si vas mandando a algunos a la mierda, vas adelantado camino» de Fernando Fernán Gómez, y otra del Premio Nobel de Literatura George Bernard : «Los políticos y los pañales se han de cambiar a menudo… y por los mismos motivos».
Y me invade un terrible sentimiento de tristeza y rabia al recordar a los infectados, fallecidos, y a mis compañeros del servicio de urgencias del hospital (entre ellos un hijo mío), que acabarán sudando, y en ocasiones llorando , dentro del buzo de aislamiento, enfrentándose otro duro día al riesgo de contagio, mientras el máximo responsable de su salud, abandona su cargo en el ministerio más relevante en ésta crisis sanitaria, para dedicarse a hacer campaña electoral anteponiendo la política (su política y la del partido que desgobierna nuestro país) a la salud de 47 millones de personas.
El diccionario de la RAE define la política como la actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos. Es muy difícil de entender que en estos momentos tan tristes y críticos, un político del gobierno de una nación y su partido que deberían regir los asuntos públicos de nuestro país, den ése ejemplo y quieran aprovechar el efecto mediático de su figura durante ésta crisis, con fines exclusivamente políticos. Puede ser lícito y legal, pero también es triste e indignante y roza lo inmoral.
Enrique S. Ballester Llopis
Médico de Urgencias Hospitalarias
Hospital de La Ribera